En los ejemplos anteriores hemos podido apreciar su forma y los anillos que le rodean, los «segmentos», para ajustarlo en el interior del cilindro. Al tener que soportar grandes temperaturas, presiones frontales y laterales, así como rápidos movimientos, suele construirse en materiales ligeros y resistentes; normalmente en aluminio y los de alta competición, en titanio.
Como vemos se trata de una especie de vaso invertido al que se han practicado dos orificios (representados por las letras «A» y «B» en el dibujo), cada uno de ellos con distinta misión. El señalado como «A» recibe otra pieza, llamada «bulón» que permite su unión con la «biela». El representado por «B», alojado en la falda, tiene como fin, el que en su descenso no roce con al biela como veremos un poco después.