Volkswagen hace unas semanas informaba del cese de producción del actual Volkswagen Scirocco, un modelo que empezó a venderse el año 2008 en nuestro país, y que por aquel entonces compartía mercado con su hermano el Golf V, modelo del 2003. Ambos usaban la misma plataforma.
Plataforma que el Scirocco ha usado y aguantado hasta nuestros días, una plataforma que si bien, en su momento era de lo mejor en compactos, hoy día con la plataforma modula MQB queda muy atrasada y se nota en una conducción más deportiva.
A largo de estos casi 10 años el Scirocco ha sufrido diferentes cambios y no solo estéticos. A nivel mecánico y a nivel de seguridad.
Aún recuerdo y gracias a las notas que apunte en su momento de la prueba del Volkswagen Scirocco 2.0 TDI que probé en el 2008. Es y era un coche con una imagen impactante, da pena pensar como, después de este Scirocco Volkswagen no tiene pensado sacar un compacto de este corte, no tiene cabida en el mercado actual y, además, canibalizaría al Golf en ventas.
Por ello es mejor darle un buen retiro al Scirocco como se merece, por nuestra parte nos hemos puesto de nuevo a los mando de Scirocco R, el tope de gama en todos los sentidos.
Deportivo y funcional. La unidad probada venia surtida con todos los extras disponibles, desde unos fabulosos backet que recogen de maravilla el cuerpo, a la interesante e imprescindible caja automática DSG.
Diferentes extras que penamos que en el Scirocco son indispensables, sobre todo en esta versión tan prestacional. Los 280cv extraídos del 2.0 TSI son la parte clave del conjunto que en un coche así no pueden faltar.
El motor 2.0 TSI ha evolucionado mucho con el paso de los años, en el caso del Scirocco lamentablemente, sobre todo para nuestro bolsillo, sigue usando el bloque, llamémosle antiguo. El mismo que usaba, por aquel entonces, el Golf GTI V y el Seat León Cupra.
Un 2.0 TFSI, más tarde renombrado a TSI, con una potencia muy interesante para la época, y un precedente dentro de los motores turbo de inyección directa.
Es obvio ver como este propulsor ha ido evolucionando, no solo en una escalada de potencia que parece no tener fin, con 310cv ahora en el Audi S3 o el Golf R. Y con unas mejores prestaciones, menores consumos, como 2 litros menos que el motor del Scirocco y menores emisiones contaminantes.
El 2.0 TSI que monta el Scirocco es difícil verlo bajar de los 8 litros de media, casi de los 8,5. En un uso mixto su consumo linda más con los 9 de media. Los 280cv son sedientos y si se pide la máxima aceleración de propulsor piden, como es lógico.
En una conducción decidida y despreocupada no es difícil ver medias superiores a los 18 litros.
Unos de los hándicap que tiene el Scirocco R son los problemas de transmitir la potencia y el par del motor al suelo. Demasiada potencia -280cv- para un solo eje transmisor. El eje delantero se pone en apuros si hundimos con decisión el pedal del acelerador.
Es en asfaltos secos y ya pasa apuros, en asfaltos húmedos o mojados el control de tracción hace peripecias para que la potencia llegue a ser transmitida.
La única manera, cortar gas en plena aceleración, perdiendo toda capacidad de aceleración que tiene el motor. Una pena, pero, ojo, el menor peso al no disponer de un sistema de tracción total lo hacen más ligero y más rápido.
En su momento, si lo comparábamos con su hermano el Golf R de 271cv el Scirocco era más rápido y divertido de conducir. Tuve la oportunidad de exprimir ambos en el circuito del Jarama en el Race Tour del año 2010 si no recuerdo mal.
Mis impresiones fueron, con la pista húmeda y fría, que el Golf R iba sobre raíles, mayor capacidad de tracción y más fácil de llevar rápido. Pero poco emocionante y que transmitía poco.
En cambio el Scirocco R era todo lo contrario, muchos más rápido, interesante, divertido y que dejaba al conductor libertad en zonas viradas. Eso sí, ambos iban sobre raíles.
Creo, si mal no recuerdo, que han pasado por mis manos 9 unidades diferentes del Volskwagen Scirocco a lo largo de su casi década de existencia. Entre ellos, los motores:
2.0 TDI de 140cv, el 1.4 TSI de 122 y 160cv respectivamente. El 2.0 TSI de 180, 265 y 280cv respectivamente.
Todos ellos en diferentes versiones, el Hurricane, los R-Line, los R y etc…
De todos y cada uno de ellos guardo gratos recuerdos, sobre todo del primero, el que marco la senda. Una unidad con el color blanco Candy y unas enormes llantas tipo turbina de 19” que para un “simple” 2.0 TDI de 140cv eran excesivas pero impresionantes a la vista.
El Scirocco ha sabido ir actualizándose con los años, nos solo su imagen, que ya de por si sigue siendo rompedora a pesar del paso de los año. Si no que ha ido aceptando de buen grado las nuevas tecnologías. Como la inclusión de luces diurnas a partir del pasado año 2011 por normativa, leyes anticontaminación para la gama de motores. Estos han sido actualizados también en cuanto a potencia con el paso de los años. Modificándose la gama por completo.
La versión R del Scirocco es fácilmente reconocible externamente, sus paragolpes y llantas específicas lo delatan. Y, sobre todo si está en marcha, el bramido que deja escapar por las salidas de escape de generosas dimensiones alojadas una a cada lado del difusor de aire del paragolpes trasero. Es un vehículo que, en su momento ya se vendió poco y, ahora con esta nueva versión sucede igual. Y es que se trata de un vehículo poco práctico para un uso familiar pos su habitabilidad interior escasa. Cuenta con cuatro plazas y el acceso a las traseras es cuanto menos complicado. Y más aún si se montan los asientos opcionales backet, que recogen el cuerpo de forma increíble, pero no abaten lo suficiente para otorgar un buen acceso a las plazas traseras.
El maletero, de boca alta y muy profundo no permite una alta carga de objetos grandes.
A lo largo de los días que dispusimos del Scirocco R en nuestro poder nos dimos cuenta lo sibarita que es con el tipo de asfalto por donde transitemos, es decir, asfaltos rotos, en mal estado y mojados o húmedos no permiten sacarle todo el jugo a la potencia del Scirocco R. En cambio en asfaltos de primera orden, en buen estado y literalmente totalmente secos si permiten experimentar en nuestras carnes el empuje de los rabiosos 280cv descocados. Exactamente lo mismo le pasaba al Seat León Cupra, la ausencia de la tracción total en este tipo de coches solo les beneficia en el menor peso en bascula y que, una vez lanzado por el menor peso serán más rápidos. Pero, siempre serán más lentos en salidas fuertes donde se demande la máxima aceleración del propulsor.