Si hace una semana probamos el híbrido de más que interesantes prestaciones, el GTE. Ahora es turno de su hermano el GTI en su versión “normal” de 230cv.
EL Golf GTI, lleva enamorando desde su salida al mercado en el año 1976, y evolución tras evolución ha ido mejorando no solo a nivel prestacional, sino también en otros aspectos, como la seguridad, habitabilidad, confort entre otros.
Sin duda el Golf GTI es el típico coche que todo el mundo, a lo largo de su vida desea tener por un tiempo.
Es un compacto rápido, habitable, con un excelente comportamiento sin llegar a ser radical. Y eso es lo que hace que sea tan especial y tan usable para el día a día.
Pocos pueden presumir de ello. Y el Golf GTI lleva años siendo de los más vendidos por ello.
Ahora se comercializa en dos versiones y potencias. La de acceso que extrae 230cv del bloque 2.0 TSI. Y la Performance que sube su potencia hasta unos nada despreciables 245cv.
Esta última versión además del aumento de potencia en 15cv extra dispone de un diferencial de deslizamiento limitado, que permite sacarle todo el jugo a las excelentes cualidades del Golf GTI.
Nuestra unidad es la versión digamos más racional, con 230cv hoy día se puede realizar todo tipo de conducción. Desde una conducción relajada y desahogada donde los consumos bajos del 2.0 TSI impresionan para bien.
O buscarle las cosquillas y sacarle el máximo potencial a sus altas cualidades dinámicas. En ambos bandos el Golf GTI se encuentra como pez en el agua.
Hace ahora más de tres años probamos, por aquel entonces, el GTI Performance recién aparecido en el mercado, nos pareció una interesante idea el pack Performance, conseguía y consigue rizar el rizo dotando de mayor carácter al GTI, que recordemos que en su versión “normal” dispone de 230cv actualmente.
La diferencia de potencia entre el GTI de 230 al Performance de 245cv es casi inapreciable a la hora de pisar con decisión el pedal del acelerador. Pero esos 15cv extras siempre son bien recibidos.
Pero no solo cuenta con unos 15cv extras o unos frenos más “gordos”. A la hora de conducir el diferencial de deslizamiento limitado en conjunto con el XDS+ permiten una conducción dinámica muy efectiva. Por lo general como pasa en casi todos los tracción delantera y con el motor “colgando” por delante de las suspensiones suelen ser más “morrones” y tienden al subviraje en situaciones límite.
En el caso del GTI Performance este fenómeno está mucho más diluido que en la versión normal del Golf GTI. Pudiendo realizar una conducción más rápida y segura.
Externamente como internamente el GTI Performance no se diferencia en casi nada con el GTI de 230cv. Misma tapicería típica del GTI de cuadros y partes en alcántara con muy buen tacto. También inserciones en salpicadero y puertas de símil a fibra de carbono, muy vistoso.
Las mejoras de este pack son, en principio, solo mecánicas. Si bien los frenos de mayor tamaño de unas llantas, también de mayor tamaño, dejan ver unas pinzas de freno en rojo con el logo GTI, característica indispensable de que estas ante un GTI Performance.
Está claro que Volkswagen da la posibilidad a su público de optar por una versión más racional como es la de 230cv. Que de por sí ya es rápida y prestacional. Y si quieres ese plus en dinamismo y potencia, la versión Performance es la indicada para ti.
Y fuera de lo que es el Golf GTI, existe la versión más radical, la “R” que actualmente dispone de una potencia de 310cv, que en conjunto con la línea de escape Akrapovic opcional hace que conducirlo sea toda una experiencia.