Esta semana nos ponemos a los mandos de una edición muy especial y curiosa del Beetle de Volkswagen.
Hablamos de la edición Dune que salió a la venta hace unos meses en versión Coupé como la objeto de esta prueba o la versión cabrio.
El acabado Dune otorga al Beetle de una personalidad propia siendo fácil diferenciarlo de sus hermanos de gama.
No solo es fácil saber que se trata de una versión Dune por lo serigrafiados de las puertas, sino, por su color, en el caso de la unidad probada el amarillo “Sandstorm” y también por los diferentes paragolpes, pasos de ruedas, estriberas y mayor altura hacia el suelo, como también las llantas “Canyon” de 18 pulgadas que le otorgan una buena presencia.
Por no olvidarnos de su mayor anchura de vías; 7mm delante y 6mm detrás, que le otorgan una imagen más impactante y de mayor empaque.
El acabado Dune viene muy bien surtido de equipamiento de serie, no en vano parte del acabado Desing; cuenta con pantalla multimedia de 6,3” control de velocidad y radio “Composition Media”, sensor de luces y de lluvia y asientos deportivos.
Además, dispone de sensores perimétricos tanto delanteros como traseros, reposabrazos con pespuntes en color cerámica, el salpicadero puede ser de color negro brillante o color amarillo “Sandstorm” como el color de la carrocería.
El Beetle Dune dispone de tres motorizaciones; dos en gasolina empezando por el 1.4 TSI de 150cv y el 2.0 TSI de 220cv. Y terminando en el 2.0 TDI de 150cv siendo esta la única alternativa en diésel.
Todos ellos pueden disponer de cambio manual o cambio automático DSG.
Por lo demás el Bettle es ya un viejo conocido, el sucesor del New Beetle. El actual Beetle inició su andadura en el 2011, es un vehículo longevo que, sobre todo en su interior, empieza a notar el paso del tiempo. Externamente es fiel a su imagen y no se aprecia el paso del tiempo.
Las plazas traseras son de un tamaño reducido pero sin mayor problema pueden viajar dos adultos comodonamente, tanto por espacio como por anchura. A fin de cuentas es un 2+2 que solo homologa 4 plazas útiles.
El acceso a las mismas es precario teniendo que abatir los asientos delantero, dejando poco espacio para acceder. Los asientos delanteros cuentan con memoria y vuelven a su posición inicial.
El acabado de la unidad probada era el Dune, que le otorga una mejor presencia y, a nivel dinámico mayor efectividad. El mayor ancho de vías aunque prácticamente inapreciable en el día a día presenta una mejor estabilidad en zonas muy viradas. Por contrapartida la mayor altura disponible hacia el suelo permite un mayor balanceo e inclinación de la carrocería poco presente en el día a día. Pero si notable en conducción deportiva. La suspensión en este aspecto es muy eficaz y minimiza los balanceos de manera ejemplar.
Interiormente lo primero que podemos ver son unos asiento de tarado semiblando y corte deportivo que recogen de maravilla el cuerpo. Disponen de múltiples reglajes.
El salpicadero es de buenos materiales y ajustes pero abusa de los plásticos duros en zonas muy visibles. Al tacto son agradables.