El nuevo Subaru Outback no solo se renueva por fuera, si no que la marca a renovado el 90% de las piezas del motor 2.0 Boxer Diesel, otorgándole una respuesta al acelerador más agradable desde bajo régimen. Con un PAR motor disponible más extenso.
También consume y suena menos que el anterior. Se nota y mucho la reducción de rumorosidad en el interior del habitáculo. Subaru ha realizado una buena labor modificando los aislantes acústicos por unos más generosos e introduciendo nuevos donde nos los había. La diferencia es patente desde el primer arranque.
Ciertamente el motor se muestra más contundente desde muy bajas revoluciones, con un PAR de 350NM disponible desde 1600 hasta 2800 revoluciones. Ganando 600 revoluciones disponibles en comparación con el anterior 2.0TD.
Curiosamente cuando probamos el anterior Subaru Outback, con el último lavado de cara, era difícil ver alguno por la calle que no fuera el que estábamos probando y en cambio los días que realizamos la prueba del nuevo Outback nos cruzamos con varios “hermanos” calcados a nuestra unidad. Se hace patente poco a poco la buena acogida que está teniendo este nuevo Outback.
La verdad es que por fuera el cambio es notable, es más agradable a los ojos, con líneas más redondeadas y conservando la musculosidad del anterior modelo.
Interiormente los cambios también son notorios, denota mejor calidad en los materiales utilizados y, todo, está en su sitio. Con un rápido acceso. Llama la atención nada más entrar la pantalla multimedia, desde donde se pueden controlar múltiples servicios de manera rápida e intuitiva.
El nuevo Outback es un vehículo que su aspecto hace referencia al de un todocamino familiar. Siendo a la vez un vehículo de todo uso.
Cuenta con ayudas off road electrónicas. Es decir, sistema de descenso. El anterior modelo no contaba con un programa electrónico para pasar por zonas con tierra suelta, piedras o cualquier tipo de terrenos deslizante. El nuevo Outback equipa el más que interesante X-MODE, que una vez activado va frenando la rueda que tiene pérdidas de tracción, tanto en ascenso como en descenso. Y permite subir por zonas de alta complicación sin perdidas de tracción.
Ya podemos pisar el acelerador al máximo que el sistema X-MODE regulara la potencia que se necesita en cada momento. Sin duda un sistema muy interesante que nos puede sacar de más de un apuro.
Gracias a su altura disponible nos permite entrar en pistas forestales con cierta complejidad
Los ángulos de ataque, salida y ventral son más bien correctos. No nos permiten grandes lujos.
Tuvimos ocasión de circular con el Outback por nuestro trayecto destinado a vehículos 4×4. Dio la talla y salió airoso de los problemas que se le presentaban.
Ninguna otra marca monta un motor diésel como lo hace Subaru. Se trata de una mecánica con disposición Bóxer de los cilindros. Es decir, nada de en línea o en V. Están horizontalmente opuestos. No es una tecnología nueva, ya que la primera patente de este sistema se firmó por el 1896.
Subaru ha sabido adaptar esta tecnología al “boom” de la fiebre del diésel en el mundo y sobre todo en España.
Necesitaban una mecánica diésel. Y como es lógico, no querían renunciar a su tecnología Bóxer, que en parte caracteriza a su gama de motores.
Consiguieron un Bóxer Diésel, que aun siendo diésel es diferente de los demás motores convencionales.
Ya su sonido al ralentí es diferente. Suena “raro”. No es feo ni ruidoso. Para nada. Es diferente.
En marcha el motor proporciona una buena cantidad de PAR (350Nm) a muy bajas vueltas que nos pegara al asiento si reclamamos potencia con violencia.
Según subimos de vueltas el sonido del motor se va convirtiendo en más fuerte, más sonoro. Quizás demasiado escandaloso. Por suerte en el nuevo Outback dentro del habitáculo apenas es perceptible.
La potencia máxima de este motor se entrega antes de las 4000 revoluciones. Permite estirar con fuerza por encima de las 4000/4200 revoluciones.
Interiormente el Subaru Outback es un coche polivalente, que nos permite ser usado para todo.
Desde uso diario a realizar largos viajes con él por autopista. El puesto de conducción es amplio, los asientos sin tener pretensiones deportivas sujetan muy bien el cuerpo. Son de un mullido excelente, ya que no es muy duro ni muy blando. En el punto justo.
El asiento del conductor cuenta con reglajes eléctricos. El salpicadero aunque siendo sobrio, cuenta con la suficiente botonería, toda ella está alojada en la zona principal. Es decir, donde se encuentra la radio CD, climatizador, etc…
El volante forrado en piel, cuenta con un buen tamaño y grosor. Dispone de mandos para accionar el ordenador de a bordo, levas para el cambio automático y botón para ordenes por voz y más usos.
Es regulable en altura y profundidad. El cuadro de instrumentos nos proporciona la información justa y necesaria, no se puede pedir más.