El Skoda Yeti es ya un viejo conocido para el público que busca un coche diferente, que le permita poder entrar en pistas de tierra sin miedo. El Yeti cumple sobradamente con este cometido desde su nacimiento.
Siempre ha sido un coche con imagen propia, incluso antes del restyling, según gustos, claro, era más agraciado y con una bonita imagen frontal.
El actual Yeti va a convivir unos meses con su nuevo hermano el Karoq, también un SUV de medio/pequeño tamaño, imaginamos que con el tiempo, si Skoda lo decide, el Yeti dejará de existir para siempre. Pero por ahora está a la venta y sigue siendo igual de interesante que el primer día.
El único lavado de cara que ha recibido el Yeti, si bien más que necesario, a nuestro parecer le ha quitado su señal de identidad, el frontal que lo distinguía de los demás. Ahora es un todo camino más del mercado. Anodino, simple.
Su aspecto exterior ha pasado a ser más serio y soso, con grupos ópticos tanto delanteros como traseros de nueva factura. También con nuevos paragolpes dependiendo si se trata de la versión Outdoor o no. Como la unidad aquí probada.
La gama de motores para el Yeti es muy extensa aun que se verá reducida con el tiempo tanto en gasolina como en diésel.
Actualmente existe la posibilidad de escoger la potencia que más se ajuste a nuestras necesidades. Nuestra unidad monta el 1.4 TSI en su potencia más baja, 125cv.
Por encima, con el mismo motor, se puede disponer de 150cv. Asociado al cambio DSG de 7 velocidades.
La gama actual de motorizaciones es muy extensa, para en gasolina desde el 1.2 TSI de 110cv, pasando por el 1.4 TSI de 125cv como el probado, el de 150cv es la potencia más alta.
En diésel pasa algo parecido, anteriormente se usaba el 1.6 TDI para dar acceso a la gama con 105cv, que cohabitaba con el 2.0 TDI de 110cv. Potencias muy parejas que hicieron que el 1.6 TDI desapareciera de la gama del Yeti, quedando el 2.0 TDI que tiene unos consumos igual de ajustados y es más cómodo de al uso.
El 2.0 TDI es el encargado de animar al Yeti en cuanto a motores diésel se refiere, desde los 110cv de acceso a los 150cv como potencia más alta. Este motor se puede escoger asociado a tracción 4×4 o DSG.
La unidad probada con acabado Outdoor tiene un aspecto exterior muy campestre, que a pesar de ser solo tracción delantera, en el caso de la unidad probada, se desenvuelve muy bien en zonas de baja complejidad. Pasa por sitios por donde un trismo no podría.
Nuestra unidad, en conjunto con el motor 1.4 TSI de 125cv montaba la caja de cambios automática DSG en seco de 7 relaciones.
Esta caja se caracteriza por ser más brusca en el uso, igual de rápida, eso sí, pero algo más dubitativa a la hora de que marcha engranar. O si se le solicita potencia al motor quedarse un poco en vacío. Compara con la caja DSG en baño de aceite, esta última es más agradable al uso.