La prueba de esta semana corre por cuenta del nuevo SUV de la marca checa, el Skoda Kodiaq –con nombre de una isla en Alaska- en su versión diésel, con tracción total y 7 plazas de capacidad.
Es un vehículo muy polivalente e interesante, ya sea para un uso plenamente familiar por su alta capacidad y habitabilidad. O para un uso como vehículo de viaje, sumamente cómodo gracias a una suspensión muy benigna con control de dureza.
El Kodiaq es el primero de los nuevo SUV que Skoda va a ir introduciendo en el mercado, este será el de mayor tamaño y capacidad. En pocos meses tendremos presentado el nuevo Skoda Karoq el que esperamos sea el sucesor del actual Yeti, aunque en un primer momento convivirán juntos un tiempo.
Externamente el Kodiaq puede parecernos un Seat Ateca o un Tiguan “estirado”, a fin de cuentas la plataforma es la misma y, estéticamente si se diferencian, pero cuentan con unas líneas marcadas mi similares en los tres modelos.
El Kodiaq es un SUV con mucha presencia, impone tanto a viandantes como a otros conductores y su tamaño, no superior a los 4,7m de longitud ayuda. Nos ha gustado su impactante presencia y, a la vez, su buen dinamismo de marcha, muy logrado y más cercano al de un compacto que al de un SUV.
Interiormente el Kodiaq es un vehículo de nueva factura, es decir, no hereda partes o acabados de otros modelos anteriores. Se nota una buena presencia nada más abrir la puerta, incluso, las mismas puertas en la unidad probada venían provistas de un sistema que impide que, al abrirlas y chocar contra algo queden marcadas o marquemos al coche que tengamos al lado. Todo un detalle muy útil.
El puesto de conducción es amplio y con todo muy a mano. La parte central del salpicadero queda gobernada por una imponente pantalla táctil que gobierna todos los sistemas multimedia y de navegación. El cuadro de instrumentos nos muestra de forma clara y concisa los datos que debemos saber y, dentro del ordenador de a bordo disponemos de aun más información.
Nuestra unidad con acabado Style lleva diferentes extras como el techo eléctrico abrible de generosas dimensiones que otorga mayor luminosidad al habitáculo. También el extra de los asientos forrados en piel microperforada calefactables o refrigerados, muy útil en los días calurosos.
Los asientos sujetan muy bien el cuerpo en conducción decidida, son cómodos y cuentan con múltiples reglajes eléctricos en este caso.
Hemos probado durante una semana una unidad con motor 2.0 TDI de 150cv, asociado a la tracción total 4×4 y una caja de cambios manual. En el tiempo que lo hemos estado probando hemos transitado por todo tipo de vías, desde carreteras perfectamente asfaltadas donde el Kodiaq va sobre raíles. A terrenos más deteriorados y con piedra suelta en caminos de tierra, donde nos demostró sus altas capacidades offroad y el buen compromiso que tiene la suspensión entre dureza y confort, pasar por zonas muy bacheadas con la suspensión en modo Comfort es una verdadera delicia, de los pocos coches generalistas que filtra tan bien lo que sucede bajos las ruedas.
El motor 2.0 TDI de 150cv es la potencia de acceso en diésel, por encima, con el mismo motor están los 190cv.
Con 150cv el Kodiaq se mueve con mucha soltura y permite realizar adelantamientos y/o recuperaciones en poco tiempo. El 2.0 TDI es un motor que siempre funciona muy bien se monte en el modelo que se monte. Con bajos consumos y fiabilidad más que probada. Es un poco ruidoso al ralentí, pero desde dentro del vehículo es imperceptible.
Entre los modos disponibles de conducción como son; ECO, Normal, Sport, Individual y Snow. Todos ellos con una configuración pre-establecida que saca el mayor jugo del Kodiaq en cada situación. Y con el modo Individual podemos ajustar los parámetros a nuestro gusto o necesidad momentánea.
Existe también un modo “Off-road” accionable mediante un botón al lado de la palanca de cambios, con este modo activado en bajadas el Kodiaq frenara por si solo con el asistente en pendientes. El control de tracción y estabilidad quedan desconectados siendo la tracción total 4×4 la encargada de gobernar la capacidad de adherencia y motricidad.