Probamos el Renault Mégane berlina en su versión GT Style con motor diésel, 1.5 dCi de 110 cv. El acabado GT Style cuenta con una buena cantidad de equipamiento de serie y con una línea exterior muy llamativa. El puesto de conducción es realmente cómodo y de fácil adaptación, en pocos minutos estaremos a gusto conduciendo sin preocuparnos si estamos demasiado cerca del volante o muy retirados. El salpicadero, de estética seria, es limpio en cuanto a botonería, es decir, no abusa de demasiado botones para el manejo de la radio, equipo de música, opciones del ordenador de a bordo, climatizador, todo queda centrado en un mismo sitio siendo fácil de usar. Los asientos son de un aspecto deportivo, buenos pétalos laterales que otorgan una sujeción lateral correcta. Cuentan con una dureza justa que no cansa en viajes cortos y que se agradece en viajes largos.
El acabado GT Style le proporciona al Mégane un aspecto más deportivo externamente, con paragolpes específicos y unas llantas a juego con el conjunto.
La unidad probada venia dotada del sistema multimedia con R-Link, donde también podíamos interactuar con el navegador o el ordenador de a bordo. Al tratarse de una versión eco2 podemos también ver en todo momento en el apartado eco los datos de consumos y ver la puntuación que el propio vehículo nos otorga según conduzcamos. Buscando como prioridad la austeridad en el consumo de carburante. A menor consumo mejor puntuación. Se premia también la anticipación, el uso del Start&Stop o no abusar del acelerador. Ni subir en exceso de vueltas el motor.
El 1.5 dCi en su versión de 110cv da mucho juego en este aspecto, es un motor que ya de por si cuenta con unos consumos muy ajustados. Y unas brillantes prestaciones en todo momento, los 110cv dan mucho de sí a la hora de requerir la máxima aceleración del propulsor.