Esta semana probamos el pequeño todo camino de lo marca francesa Renault, el Captur.
Este pequeño todocamino deriva directamente del Renault Clio, tanto de su plataforma como de su interior.
El exterior cuenta con modificaciones importantes que los diferencian claramente.
Es difícil, dada la buena acogida que ha tenido el Captur en nuestro mercado, no encontrarse uno todos los días por nuestras carreteras es difícil. Y es que su buen precio y unas calidades y buena conducción lo avalan.
Si bien se podría decir que a grandes rasgos se trata de un Clio levantado, que no tiene más. Y la verdad, no hay mucha diferencia. Naturalmente el Captur es un vehículo diferente al Clio. Y así lo demuestra.
Su comportamiento en carretera es diferente al de un Renault Clio, la mayor altura disponible y unas suspensiones más conservadoras se dejan notar en zonas reviradas.
No obstante goza de un funcionamiento muy bueno, se puede ir rápido con él sin mayor problema.
Externamente el Renault Captur poco o nada comparte con su hermano el Clio, interiormente la cosa cambia y son prácticamente idénticos. Obvio por otra parte.
La unidad probada montaba el nuevo dentro de la gama del Captur 1.5 dCi de 110cv con cambio manual de 6 relaciones. Anteriormente el Captur solo podía disponer del dCi de 90cv como máxima y única potencia en diésel.
El 110cv le otorga un soplo de aire fresco al Captur, los 110cv son muy aprovechables y empuja con fuerza una vez estamos cerca de las 2000 revoluciones.