La prueba de esta semana es por parte del compacto de la marca del León. El Peugeot 308.
En esta ocasión, y habiendo probado con anterioridad las mecánicas 1.6 HDI de 92cv y la novedosa 1.2 PureTech en su versión más enérgica de 130cv. Hemos dispuesto de la motorización 1.2 PureTech de 110cv con Start&Stop.
Este pequeño motor de 1,2 litros y tricilindrico ya nos dejó con un excelente sabor de boca cuando lo probamos por primera vez en el Peugeot 308 SW. Mostrándose muy capaz a la hora de acelerar y con unos bajos consumos.
A pesar de su arquitectura como tres cilindros en línea, esto no se puede contar como una pega, en absoluto. Su funcionamiento si bien no es tan refinado como el de una mecánica de 4 cilindros. Pero no por ello es malo. Su sonido es diferente nada desagradable, al contrario. Suena bien. Y tiende a tener más vibraciones en parado. Sobre todo en el pedal del embrague.
El acabado probado es, hasta la fecha de esta prueba, el más alto. El Allure. Ahora existe un nuevo acabado más deportivo, GT-Line. Pero no está disponible con la versión de 110cv del 1.2L PureTech.
La unidad probada venía muy bien surtida de extras, desde el techo panorámico a asientos forrados en piel, cómodos, calefactables, de regulación electrónica y masaje.
También faros delanteros y traseros con tecnología led, navegador, y el botón Sport justo al lado del botón de puesta en marcha del motor.
Dicho botón permite sacarle todo el jugo al motor y al vehículo. El cuadro de instrumentos se tiñe de color rojo intenso, en la pantalla del mismo aparecen valores como la presión del turbo el PAR y los CV del motor. El motor se muestra más contundente a la hora de entregar la potencia, la dirección es más dura al igual que la suspensión que gana en firmeza.