Como casi todas las marcas en sus modelos compactos existen versiones más prestacionales. Sobre todo con mecánica gasolina, que a buen seguro serán turbo alimentada.
En el caso de Ford, el Focus ST es un viejo conocido, que se ha ido renovando con el paso del tiempo. Evolucionando a nivel estético y técnico. El último Ford Focus ST dejó de lado el vetusto pero interesante motor de 5 cilindros origen Volvo por un nuevo motor de 2 litros de cilindrada y una potencia resultante de 250cv. Menos contaminante, mayores prestaciones unos consumos mucho más contenidos. Todo ventajas. Solo la pérdida del excelente que emanaba del 5 cilindros.
Ahora, al igual que otras marcas, Ford en su Focus ST ha sacado al mercado una versión con mecánica diésel. En este caso el 2.0 TDCi que eleva su potencia hasta unos nada desdeñables 185cv. Que mueven con una increíble soltura al conjunto.
Podemos llegar a pensar que una mecánica diésel nunca debería ir ligada a una versión de corte deportivo, donde se valora y mucho el sonido de su propulsor y del escape. Pues os puedo asegurar de que este Ford Focus ST TDCi que hemos podido probar y disfrutar durante una semana suena bien, francamente bien.
Un sonido gordo que camufla perfectamente el tenue traqueteo de la mecánica diésel.
Ford ha modificado, naturalmente premeditadamente, el sonido del Focus ST TDCi para mitigar lo máximo posible el sonido diésel. Y la verdad, lo consigue. No utiliza sistemas virtuales de sonido modificado mediante el equipo de audio que solo se escucha en el interior del vehículo. Usado por otras marcas y que, da sensación de sonido muy ficticio.
El Focus ST TDCi ha modificado su escape usando un sistema parecido al que usa el Volkswagen Golf GTD. Este sistema no es otro que introducir un altavoz en una parte del escape y que emita el sonido directamente por el escape. Puede parecer increíble, pero así es. Y a la hora de conducir proporciona un bonito sonido que puede llegar a ser incluso adictivo.
Pero no todo se reduce al sonido, el 2.0 TDCi de 185cv a pesar de contar con 65cv menos que su homologo gasolina se mueve muy bien. Con mucho empuje desde bajas vueltas que decae con prontitud al pasar de las 4000 revoluciones. Es un motor que su funcionamiento en la entrega de potencia es suave. Empujando con decisión en todo el abanico útil de revoluciones.
La unidad probada es la versión Sportbreak, con mayor capacidad de carga sin perder sus excelentes cualidades dinámicas. Nos ha gustado mucho el buen equilibrio entre confort y dinamismo. Es un vehículo muy fácil de llevar rápido. Solo se muestra un poco “morrón” en entradas muy fuertes en curvas lentas.
El tarado de la suspensión es enérgico pero no incómodo. Tiene un buen margen de absorción y puedes pasar por zonas bacheadas o de resaltos sin resentirse el vehículo o los propios ocupantes.
El Ford Focus ST, tanto en su versión diésel como gasolina y como toda la gama del Focus ha sufrido un lavado de cara tanto externo como interno. Modernizándolo.
Cambios en los grupos ópticos, en el cuadro de instrumentos, climatizador, pantalla multimedia.
Son cambios sutiles pero interesantes. Sobre todo la actualización del sistema multimedia.
El Ford Focus ST es el escalón inferior del ya presentado Focus RS, dotado del nuevo 2.3 Ecoboost de 350cv. 100cv más que el ST gasolina y 165cv que la versión TDCi, que si ya de por son vehículos rápidos, el RS sin duda será mucho rápido y efectivo. Gracias a la tracción total. Que permitirá sacarle todo el juego al nuevo motor.
El ST es un coche divertido de conducir que permite hacer uso a diario de él. A pesar de sus reglajes deportivos en bastidor y suspensión no resulta especialmente incomodo en el uso día a día.