El nuevo Citroën C3 poco tiene que ver con su antecesor, ni tan siquiera físicamente se parecen. El nuevo y renovado C3 tiene un alto parecido con su hermano el Citroën Cactus, no solo externamente con el uso de los AirBump o unas ópticas casi idénticas.
En su interior las similitudes son más que evidentes entre ambos. Eso sí, también existen ciertas diferencias, como por ejemplo el cuadro de instrumentos del C3 es diferente al del Cactus.
El cambio no solo de imagen del actual Citroën C3 le ha valido para separarse del anterior modelo, que sin ser malo, si era más anodino que el actual, con una imagen mucho más fresca y juvenil. Gracias a ello se está vendiendo muy bien desde su comercialización.
La gama de motores actuales disponible abarca un amplio abanico de potencias, tanto en diésel como en gasolina. Siendo todos turbo alimentados menos dos versiones PureTech, la de 68 y 82 cv respectivamente que son de aspiración natural.
Nuestra unidad montaba el motor 1.2 PureTech de 82cv de aspiración atmosférica, sin ningún tipo de sobre alimentación. Los 82cv se consiguen a base de subir de vueltas el motor, cerca del corte de inyección. Es un motor que cambia mucho su manera de trabajar si es o no turbo.
En caso de no serlo estamos obligados a demandarle con continuidad potencia en regímenes más altos que si de una versión turbo se tratara donde se puede cambiar más bajo de vueltas.
Por lo general debemos cambiar de manera natural por encima de las 2500, 3000 revoluciones para que el motor tenga algo más de empuje.
Aun apurando alguna que otra marcha, los consumos medios de dicho motor siguen siendo muy buenos, con medias por debajo de los 6 litros incluso.
Por dentro, al igual que sucede con el exterior, todo totalmente renovado y de mejor calidad y presencia que su antecesor. Destaca la buena habitabilidad interior de este pequeño vehículo urbano.
En el que perfectamente y sin muchos agobios pueden viajar cuatro adultos.
El maletero, a su vez, de buen tamaño, cediéndole espacio a las plazas traseras se queda con un tamaño de 300 litros muy aprovechables por sus formas.
El puesto de conducción es, dentro de lo esperado, amplio. Con unos asientos de mullido duro y corta banqueta. Para resistir el uso diario por la ciudad son ideales. Ahora bien, para realizar un viaje largo no lo son tanto por su mullido.
Naturalmente el C3 no fue pensado ni concebido para realizar viajes de larga duración. Otra cosa es que si se pueda. Sobre todo por motor, el 1.2 Pure Tech tiene suficiente potencia y empuje como para poder con ello.
Visibilidad
Su tamaño, de casi 4 metros de longitud permiten que este pequeño Citroën sea el rey de la ciudad. Se puede aparcar en sitios pequeños, y transitar por calles muy estrechas o copadas de vehículos en segunda fila sin problemas.
El conductor no tendrá que preocuparse en cuanto a temas de visibilidad, se ve bien, tanto delante como hacia atrás.
El Citroën C3 hace uso de unos faros de lentes complejas que albergan bombillas de tecnología halógena. Casi siempre los faros que hacen uso de este tipo de tecnología para bombillas halógenas dan una luz menos potente en comparación con un faro tradicional también con bombilla halógena.
Pero en el caso del Citroën C3 no es así, creo que es de los pocos, sino el único de los cientos de coches probados que rompe esta regla.
Ilumina con fuerza, sobre todo en los primeros metros del coche, con unas claras zonas más iluminadas hacia el centro de la zona iluminada. Muy satisfechos con la capacidad lumínica del C3.
Equipa luces diurnas mediante diodos luminosos. Cumplen su función y se ven muy bien de día.