Dentro de un par de semanas, en el circuito urbano de Valencia, la F1
estará llegando al meridiano del mundial 2010: si Ferrari no es capaz
de demostrar un mayor potencial técnico que permita a Fernando Alonso
tener opciones de alcanzar su tercer título mundial, mucho me temo que
el español, en noviembre, se quede entre los pilotos que éste año
pasarán a la historia de este deporte sin pena ni gloria a falta de
mejores tiempos.

Para el aficionado español, y para el italiano- sobre todo para la
prensa del país trasalpino- el fallo técnico de Ferrari está
resultando decepcionante; ni siquiera los ensayos para mejorar el
famoso “F-duct” que a otras escuderías tan buen resultado les está
dando, parece ser suficiente para que Alonso logre medirse con armas
iguales a Red Bull o a Mclaren.

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La carrera de Canadá, con un poco más de fortuna con los doblados y
gracia al talento del asturiano, podría haber haberle deparado un
segundo puesto o quizás una victoria. Pero no debemos engañarnos, con
los dos Red Bull prácticamente sin posibilidades cuando faltaba un
tercio para el final de la prueba, lo normal es que, con el actual
Ferrari, por muchos esfuerzos y talento del español, lo más probable
es que ni siquiera hubiese alcanzado el podio.

Y ésta es la realidad por mucho que nos disguste lo que le está
sucediendo, sobre todo, porque después de su gran victoria en el
circuito de Bharein, todo permitía pensar en una temporada
esplendorosa de los pilotos del equipo Ferrari. Pero, muy al
contrario, hasta la fecha, sólo el talento de Alonso, su tenacidad y
su regularidad, han salvado al equipo de figurar en el mundial entre
los más mediocres.

Es cierto que Alonso, junto a grandes remontadas, también ha
protagonizado algunos errores, pero no creo que a nadie le quepa la
menor duda que, de haber contado con el monoplaza que todos
esperábamos, a estas horas estaría my cerca o en la cabeza de la
tabla. La posición que Massa ocupa en estos momentos, sería muy
parecida a la que Alonso ocuparía de no ser como es un superdotado
merecedor de mejor suerte.

En Valencia veremos.

Paco Costas