Leo en algunos medios que un conductor ha sido sancionado por hablar con su acompañante mientras conducía. La noticia, además de producirme gran preocupación, va acompañada de la acusación a la Guardia Civil de Tráfico de cobrar pluses en relación con la cantidad de sanciones que impongan.
Si lo primero es cierto y el motivo de la sanción es tan subjetivo y absurdo, nuestra libertad como ciudadanos, ya tan maltratada, amenaza con alcanzar límites intolerables.
Me cuesta trabajo creer que, un Cuerpo que he defendido y respetado durante tantos años, pueda haber caído en un afán recaudatorio a un nivel tan bajo: Si el sueldo que cobra un Guardia Civil es insuficiente, y me consta que lo es, corresponde a los poderes públicos poner remedio a una situación tan injusta.
¿Esto es una democracia, una autocracia, o acaso una forma de solapada dictadura?
Paco Costas