En estos días del final del año los fabricantes del automóvil lanzan a través de los medios campañas tan atractivas que, aquellos que tienen en mente cambiar su vehículo, acuden pensando casi en la ganga.
Como es lógico esperar, los modelos que se anuncian son modelos que con el nuevo año cambiarán o excedentes de stock que resulta muy caro mantener almacenados.
Pero a la hora de hacer números, el vendedor empieza a manejar la calculadora y es entonces cuando comienzan las sorpresas.
La sumas sobre el modelo base se van poco a poco convirtiendo en un suflé que no deja de crecer, mientras el cliente, perplejo, acaba entendiendo que si lo que esperaba es un vehículo equipado con lo último, lo que le ofrecen es totalmente distinto y más caro de lo hubiera esperado.
¿Y quién no desea que su coche nuevo vaya equipado con las más modernas tecnologías?
Si es una pareja la potencial compradora, ambos empiezan a mirarse mientras el vendedor va incrementado el volumen del suflé en euros por que sabe que, estrenar un coche en estas fechas, aunque salte por los aires el presupuesto, hace muy dudoso que le falle la venta. “¡so is live!”