¿Cree de verdad la DGT que el futuro de la seguridad del tráfico en España se arregla a base radares y de multas? ¿Son los consejeros del Sr. Navarro, o es él mismo el que no para de inventar cepos para cazar a los conductores sea buenos o malos?
Voy a hacer una advertencia: si circula usted detrás de cualquier otro vehicul,o cuyo conductor no quiere seguir sufragando los gastos millonarios de la DGT, ¡atención! , si el vehículo en cuestión está llegando a un puente, a un cruce, o a una rotonda, porque bajará la velocidad lo que haga falta por si allí puede estar oculto el radar más sofisticado.
Si descubre usted un turismo de aspecto inocente, aparcado fuera de la vía ¡atención!, puede tratarse de un “camuflado” y no importa que baje la velocidad porque ya le habrán dado a usted por delante y por detrás; me refiero al disgusto.
Si Maquiavelo hubiese nacido en Cataluña en el siglo XXI, no creo que, a pesar de su tortuosa mente y su indiscutible conocimiento de como los príncipes deben ejercer su mandato, sería capaz de idear mayor empanada mental.
Pero, no, no es Maquiavelo, es el Sr. Navarro, al que me figuro víctima del insomnio, en medio de la noche, entre micción y micción, dándole vueltas a como puede añadir unos miles más de sistemas de “caza a perdiz parada” y de millares de multas en un mes, y como se puede seguir acongojando a más de veinte millones de conductores.
Sr. Navarro, nos tiene usted hasta las narices. Qué pena que no haya más carriles bici, aunque, también, siempre podría aparecer alguien en un recodo del camino que te dijese, ¡te he pillado! ¡ Cien € y, además, te confisco la bicicleta!
Déjenos ya en paz. Siempre defendí el mérito que tuvo usted al principio por haber logrado que en España se hablase por primera vez de seguridad vial en todos los medios de comunicación. Su actitud de entonces ha conseguido algunas cosas, pero casi siempre a través de empresas privadas (el ejemplo de Antena3 y otras) pero la estrella en los medios y las medallas se las pone usted, cada día en mayor medida.
Creo que soy de los pocos afortunados que no ha perdido ningún punto en tres años. Mi falta de fe religiosa me hacía hasta ahora impermeable a los milagros, pero estoy comenzando a cambiar. ……¡virgencita, que me quede como estoy!
Paco Costas
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