Nunca está en mi ánimo denostar, criticar o juzgar las conductas de nadie, pero aquellos personajes públicos que no dan el ejemplo esperado, creo que si merecen serlo.
Deportistas, artistas, literatos, escritores, se convierten en héroes en la imaginación popular, especialmente los niños con respecto a las figuras del deporte.
Los hermanos Gasol, Marc Márquez, Rafael Nadal, Fernando Alonso, Messi, Ronaldo, son ya auténticos iconos a los que millones de niños en todo el mundo gustaría imitar.
Pero hubo también otras grandes figuras que, desaparecidos o vivos en la actualidad, siguen siendo respetados y admirados por llevar una vida ejemplar: Pelé, Fangio, Santana, Cruiff, Zidane, Beckenbauer, …
A mí, particularmente, hace años que me tiene perplejo la forma en que es celebrado y recibido como un ídolo Diego Armando Maradona.
Si hubiese que dibujar el perfil del que fuera gran figura del fútbol, estaría en la antípoda de la persona como ejemplo a seguir.
Sus insultos, su zafiedad, agresiones a la a prensa, posibles escándalos machistas y su comentada afición a las drogas, hasta la fecha, no parece suficiente para que, en lugar de aplausos y agasajos, fuese definitivamente olvidado.