Seguramente muchas personas sienten compasión cuando la policía desaloja, persigue o multa, a esos pobres desheredados que, en manos de mafias, venden toda clase de artículos en plena calle.
Sí, es triste, pero tenemos que comprender que, los comercios cercanos que pagan sus impuestos, sus tasas, y dan empleo a personas, son los claramente perjudicados.
Cuando un agente de la autoridad local, autonómica, o la Guardia Civil,obliga a dejar el lugar que una caravana ocupa perfectamente aparcada, está cometiendo un abuso de autoridad intolerable.
Los propietarios de autocaravanas, sí pagamos nuestros impuestos:
Impuesto de matriculación, impuestos sobre el combustible y toda clase de materiales que se necesitan para mantenimiento del vehículo, seguros, y, sobre todo, el impuesto de circulación, y con él, el pleno derecho a aparcar en los aparcamientos y lugares habilitados para ello, siempre que no entorpezcan la circulación o infrinjan alguna de las normas vigentes sobre seguridad vial.
Las normas locales, casi siempre dictadas desde ciertos ayuntamientos en defensa de los intereses de campings en la zona, están cometiendo una arbitrariedad injustificable.
Algunos campings, más de los que sería deseable, claman al cielo en busca de esa protección fraudulenta y mejor harían en ponerse las pilas, mejorar sus servicios y batallar con los precios por ese principio legal que es la ley de la oferta y la demanda.
Paco Costas
