Los que dicen saber mucho sobre la materia, aseguran que la mujer, que es capaz de mantener su ecuanimidad en momentos difíciles con más eficacia que los varones, sólo pierde los papeles cuando se enamora.
María Seguí, si lo que ahora denuncian algunos medios se probase, ha tenido la debilidad de favorecer a dedo al hombre objeto de sus amores.
La cosa no tendría mayor importancia, he incluso sería lo más natural, sino fuese porque, al hacerlo como directora de una de las instituciones más importantes del Estado, se ha saltado las normas que rigen estas adjudicaciones.
Es una lástima, su trabajo al frente de la DGT y su interés por mejorar la seguridad vial no merecen ningún reparo, pero hay responsabilidades en los manejos del dinero público que no deben tolerar un solo fallo.
En cualquier caso, la denuncia de las supuestas irregularidades, al menos ha servido para destapar los manejos mafiosos y continuados de la CNAE y de su presidente.
Paco Costas
