Las vacaciones del verano suelen ser un periodo del año en el que la lectura ocupa muchas horas de ocio.
Me voy a tomar la libertad de aconsejaros una novela que cuando empiezas a leerla cuesta trabajo dejarla.
Falcó, es el título de la última obra del prolijo escritor murciano que, sin llegar a la gran altura literaria Del Asedio, en mi opinión su mejor obra, mantiene el interés del lector hasta el punto que, al llegar a su final, desearías que continuase.
Pero para los que por desgracia vivimos aquella convulsa España de 1936 (yo tenía nueve años) el autor va introduciendo con absoluta fidelidad detalles que me han recordado a mi calle General Pardiñas, en Madrid, y los horrores que escuchaba a diario por boca de mis mayores.
Cuando describe la ropa que se llevaba, los anuncios, lo que se fumaba, lo que se bebía, las armas, lo que escuchábamos en la radio…es de tal realismo que me ha parecido un fiel retrato de aquella guerra que me gustaría olvidar.
Pero además de los detalles que Pérez Reverte introduce siempre de forma magistral en todas sus obras, el núcleo central del relato retrata: los crímenes, las torturas, las traiciones, el espionaje, la anarquía de uno y otro bando que, me consta, fueron todavía mucho más trágicas que las que describe.
Me gustaría que, sobre todo aquellos que han nacido después de la Constitución del 78, leyesen esta novela para que, si en algún momento pasa por sus mentes que las soluciones a los problemas del mundo se justifican con revoluciones violentas y guerras, acudan a la Historia y a la buena literatura para convencerse de su error.