En dictador es omnímodo, lo abarca todo, no admite replicas, toman decisiones sin consultar a nadie. Las petroleras españolas ejercen sobre los conductores una forma sutil de dictadura sin darle la oportunidad de quejarse.
Suben los precios cuando aumenta la demanda. Baja el precio del petróleo, la excusa es que ya tenían almacenada una gran cantidad de combustible cuando les costaba más caro.
No tenemos nada que hacer, el Estado recauda más impuestos, no se da por aludido y, nosotros, a pagar lo que nos pidan porque tenemos que seguir circulando.
El automóvil es la vaca sagrada que no deja de dar leche; y por si fuera poco, en la subida de impuestos que nos anuncian, aún subirán más los precios y los beneficios de los que nos la venden.