HONDARRIBIA: UN ÁREA SIN FUTURO
Hace unos días tuve el placer de visitar una vez más, la bellísima villa de Hondarribia, en la costa vasca.
Me habían llegado informaciones sobre cierto conflicto entre un área de pago y los aparcamientos gratuitos que, desde hace mucho, existen a lo largo de la playa.
Ante el temor de encontrar dificultades para pasar unos días en mi autocaravana, me fui al nuevo aparcamiento de pago que, al parecer, un particular ha instalado en la carretera que, rodeando la playa, va en dirección al faro.
La primera sorpresa la tuve al comprobar el escaso ángulo de giro que, cualquier autocaravana un poco mayor que la mía, puede tener para entrar.
La segunda fue al ver una caseta provisional de madera en la que, de forma burda y sobre unos lienzos blancos, se anunciaba el estacionamiento pintado a mano.
A continuación, después de comprobar que no había nadie en la caseta y que el precio por 24 horas era de 10 € (agua y vaciado de grises etc), decidí estacionarme, algo realmente fácil porque sólo había en aquel momento tres autocaravanas más, con matrícula francesa.
Cuando finalmente pude hablar con alguien que me pareció el responsable del lugar, al decirle que había visto otras autocaravanas en los aparcamientos de la playa, me dijo: “los que aparcan allí van a tener problemas para pernoctar, porque la policía local los va a desalojar”
Durante el día observé que el aparcamiento de la playa se estaba llenando y, como es natural, decidí hacer lo mismo.
Y, en efecto, apareció la policía, me dieron instrucciones de como aparcar sin ocupar más que la superficie señalada, y con ese motivo pude informarme a través del testimonio de dos agentes diferentes, y estas fueron sus explicaciones:
“Puede usted pernoctar sin ningún problema siempre que respete las normas y no haga campismo”
Cuando les hablé del área de pago particular en la que había pernoctado y les conté lo que allí me habían advertido, los dos agentes coincidieron:
“Aquel terreno pertenece a la Administración de Costas; creemos que ha sido una adjudicación que no ha salido a concurso público y, además, no tiene las mínimas normas de seguridad al borde de una carretera por la que transita mucho tráfico. No está cercado, se aparca debajo de un talud rocoso en el que se producen con frecuencia desprendimientos; a nosotros nos obligan a vigilar este aparcamiento a instancias de su dueño que está llamando de forma constante a nuestros jefes para que actuemos, y lo peor del caso es que, la policía local de Hondarribia, no tiene atribuciones sobre los aparcamientos donde está usted ahora, ésta parte de la ciudad pertenece a Costas y aquí, desde un punto de vista formal, sólo tiene atribuciones la Guardía Civil”.
Lo cuento como me lo contaron. Pasé tres días maravillosos al borde del mar, y Hondarribia siempre figurará entre mis viajes favoritos; su belleza natural, su gastronomía, y la amabilidad de sus gentes, hacen de aquella villa histórica uno de los más bellos rincones de España.
Paco Costas