Viendo después de tantos años este capítulo de la Segunda Oportunidad, me doy cuenta de hasta donde han cambiado las cosas del tráfico. El actor central del accidente, el causante en este capítulo, es un turismo y la “victima” una furgoneta que avanza despacio y con evidentes achaques de vejez. Quién lo diría al ver como circulan hoy día las furgonetas modernas en manos de algunos descerebrados.
Si hoy tuviera que repetir el ejemplo, la gente se reiría de mí, a no ser que fuese la furgoneta la que embiste al pobre turismo que va circulando a velocidad civilizada.
De todos modos, ironías aparte, no conviene que echemos en saco roto la gravedad de los alcances, y la enorme importancia que tiene la colocación correcta de los cabeceros. La parte más saliente del cabecero debe quedar a la altura de las cejas, y la cabeza, separada unos 4 centímetros. El cabecero no es una almohada para dormir la siesta. Cabecero, air bag y cinturón son un seguro de vida si funcionan todos a la vez en una colisión frontal o en un alcance.
En el caso de una colisión trasera, a tan sólo 13 km/h, la cabeza se desplaza 46 centímetros con una fuerza de 7 veces la de la gravedad, es decir, 7 G’s en menos de un cuarto de segundo. Lo suficiente para acabar desnucado o parapléjico.
Para comprender mejor el peligro de esta clase de accidente y por si acaso no me hacéis caso, recordar: la aceleración longitudinal que soporta un piloto de la Fórmula 1 cuando frena a 300 km/, hasta detener el monoplaza en menos de tres segundos, es de 4 G`s, y no conozco a ningún conductor normal entrenado para soportar esas fuerzas sin sufrir alguna lesión importante.
Espero que disfrutéis también con este capítulo
Paco Costas