Las grandes ciudades siguen poniendo en marcha proyectos para incitar a los ciudadanos a que dejen de usar sus coches. Las soluciones más directas pasan por peatonalizar calles o imponer tasas impositivas muy altas, pero hay otras medidas más sutiles como la que va a poner en marcha Valencia.
El Ayuntamiento de la ciudad prevé poner en marcha a lo largo de 2011 un plan por el cual el centro histórico pasará a ser Zona 30, es decir, los vehículos que transiten por sus calles no podrán pasar de 30 km/h. Ya había una pequeña zona limitada a esta velocidad pero ahora se ampliará notablemente, hasta tal punto de que hasta 32 calles de entrada al casco histórico estarán señalizadas con esta limitación.
Calles como la de La Paz, Corona o Maldonado estarán regidas por esta nueva norma, a las que hay que sumar otras como Quart y Serranos que ya estaban limitadas anteriormente. Esta medida es una continuación a la declaración de zona Zona Acústicamente Saturada que el Ayuntamiento valenciano decretó para el centro urbano de la ciudad.
Como decía, la medida apunta claramente a los conductores, que cada vez se ven más presionados. La disminuición de la velocidad ayudará a reducir las emisiones de gases en la zona, además de limitar los ruidos que se producen en las calles durante todo el día. También repercutirá en una mejora de la seguridad de los usuarios de la vía, tanto conductores como peatones o ciclistas, puesto que a menor velocidad disminuyen los riesgos en caso de incidentes.
Esta limitación se suma a la restricción de acceso nocturno que ya estaba presente en la zona. Entre las dos medidas, seguro que muchos vecinos de las calles afectadas se encuentran de maravilla con la nueva situación, aunque por otra parte los empleados de comercios de la zona que no vivan allí o los repartidores verán ligeramente perjudicado su acceso a la zona.
Valencia no es la única ciudad española que tiene en marcha medidas de este tipo. La limitación de la Zona 30 ya existe en varios puntos de la geografía española, con ejemplos tan dispares como Barcelona o León. Nos guste o no, la tendencia va hacia medidas cada vez más agresivas puesto que en 2025 los cascos históricos de las ciudades europeas deberán estar libres de vehículos.