La hecatombe, el apocalipsis, muchos adjetivos se me ocurren para esta noticia. Como os comentábamos ayer, el plan de rescate para la industria automovilística de los Estados Unidos tenía que pasar por el senado, su último escoyo antes de convertirse en una realidad.
En un primer momento, la Casa Blanca, de la mano del presidente en funciones, el señor Bush, aceptaba el plan, y le daba la luz verde, pero a lo largo del día el frente republicano del senado tiraba por tierra el plan. En el momento de la votación el plan recibía 52 votos a favor, 38 en contra. Necesitaba de 60 a favor para salir adelante.
En un primer momento, el presidente de la cámara alta había comunicado un principio de acuerdo, pero las negociaciones llegaron a un punto muerto cuando tocó hablar de lo de siempre, de los salarios. Los republicanos solicitaban una reducción inmediata de los susodichos salarios, algo rechazado de pleno por los sindicatos.
Según uno de los legisladores republicanos, los sindicatos estaban conformes con el recorte salarial a medio plazo, esto es, a partir de 2011, pero no antes.
Otro de los puntos del plan alegados por los republicanos como problemáticos, pasaba por el hecho de que no era una solución de garantías para la supervivencia de los tres grandes de Detroit.
¿Y ahora qué? Pues mucho nos tememos que a corto plazo no hay una solución «milagrosa». Se ha propuesto un plan alternativo para cubrir las deudas a terceros de los tres fabricantes norteamericanos, para lo cual se piden cosas concretas a cambio a los tres grandes, y se especifica un plazo de hasta el 15 de Marzo de 2009 para presentar un estudio de a quién deben dinero.
Así mismo, este plan alternativo contaría con la exigencia de la reducción del coste laboral hasta equipararlo con empresas como Toyota, Nissan u Honda. El presidente electo Obama comunicaba que no podían quedarse sentados viendo el colapso de la industria automotriz nacional sin hacer nada, y apoyará este nuevo plan para que a lo largo de la semana próxima se pueda poner en marcha.
La duda que nos queda a todos es si, retrasando las ayudas y sin tenerlas garantizadas, ¿sobrevivirán los tres grandes? Hemos oído hablar a GM de planes alternativos, y tal vez, solo tal vez, pueda aguantar hasta ese hipotético 15 de Marzo. Ford dice no tener problemas si ninguna de sus dos rivales se va a pique. La que lo tiene más negro es Chrysler que tal vez no pueda ni llegar a fin de año.
De hecho, GM y Chrysler tienen ya contratados bufetes especializados en los procesos de bancarrota, y cada día que pasa dicha solución toma más y más fuerza.
Mala Navidad les espera a los miles de trabajadores de los tres grandes de Detroit, y toda la industria auxiliar asociada. Por lo pronto, las bolsas norteamericanas ya han sufrido las primeras caídas debidas al desastre del plan de rescate.
Os mantendremos informados de posibles nuevos movimientos y reacciones en cadena, que estamos seguros que se producirán a lo largo del día.