Desde siempre he detestado esa política de los informativos de Telecinco de explicar en la sección de deportes únicamente aquello sobre lo que tengan los derechos exclusivos de emisión. Si dan una porquería de partido amistoso, te lo venden como si fuera la final de la Champions, y por esta política pasamos de saber qué desayunaba Alonso entre los primeros y los segundos libres del viernes, a no decir ni el ganador de cada Gran Premio cuando las carreras las dan en La Sexta. Pero esta noche, casualidades de la vida, JJ Santos se ha vuelto a acordar de la Fórmula 1.
Me ha parecido tan lamentable y vengativo el minutillo que le han dedicado al crashgate, que de ahí que me haya calentado para escibir este post para invitar al que no lo haya visto a que intente rescatarlo por ahí y aprenda un poco de lo que es periodismo subjetivo. Entre varias perlas, ha quedado bien claro que la noticia no pretendía informar sobre nada en concreto, sino desacreditar a la Fórmula 1 que tanto dio a Telecinco. No han dudado en asegurar que este deporte “ha tocado fondo”, lanzando después la retórica pregunta al aire de si la Fórmula 1 “era un deporte o un negocio amañado”. Y lo mejor ha llegado después.
Olvidándose de lo mucho que se debían celebrar en Telecinco las victorias de Fernando Alonso, han hablado del asturiano como el gran beneficiado de todo esto, y no acababan de creerse como Alonso mantenía aún “la victoria más antideportiva de la historia de la Fórmula 1”. Toma castaña. Y para terminar, también se preguntaban como Renault podía continuar siendo una escudería de Fórmula 1. En serio, he tenido que mirar dos veces a JJ Santos para asegurarme que no había empezado el G20 del “cariñoso” Risto, que además de saber bien poco de F1, no le tien demasiado aprecio a Fernando, por lo que parece ser.
En fin, suerte que tampoco se explicaban cómo Nelsinho había salido indemne de todo esto por haber jugado el papel de chivato, porque si llegan a aplaudir su jugarreta… Lo que da de sí un minutillo cuando uno suelta toda la rabia que tiene dentro.