Tata se las prometía felices después de llevarse a Jaguar y Land Rover de las frías manos de Ford, pero poco después de aprobar el pago de 2.300 millones de dólares por las dos marcas inglesas, se ha encontrado con una crisis económica de lo más inoportuna. El fabricante indio ya inyectó cientos de millones de libras con la misión de revitalizar sus dos nuevas filiales, y ahora, según el Financial Times, se ha visto obligada a invertir «decenas de millones» más para evitar una espiral de pérdidas que podría llevárselas a pique.
La información sobre este nuevo flotador económico llega después de que el gobierno británico decidiera ofrecer sus propias ayudas, a fin de salvaguardar dos de las escasas joyas que quedan en el cada vez más modesto ajuar automovilístico del Reino Unido. Aunque por el momento no se han facilitado cifras oficiales, también estaríamos hablando de decenas de millones de libras para socorrer a ambas compañías. No parece mucho en comparación con lo que indicaban los rumores iniciales, pero es que según Tata, tampoco necesitan los 1.000 millones de libras que se llegaron a señalar.
Seguiremos atentos a todas las noticias que nos lleguen desde las islas.
