Llevamos años oyendo hablar de la situación de Santana, el fabricante de todoterrenos afincado en Linares (Jaén). Hace mucho tiempo que se da por muerta a esta marca inacapaz de abrirse hueco en el mercado, aunque la Junta de Andalucía se hizo con el control de la compañía y ha intentado relanzarla como ha podido. Sin embargo, esto no ha sido posible y en los últimos días se han consumado una serie de hechos que dan como resultado el adiós definitivo de Santana.
Durante las últimas semanas la Junta había intentado encontrar inversores privados que se hicieran cargo del futuro de la compañía, pero nadie encontraba alicientes en invertir en una empresa tan económicamente ruinosa como Santana. Finalmente, se puso en marcha un proceso por el cual los 1.152 empleados de elegirían su futuro. En una votación celebrada celebrada el pasado día 16 de febrero, un 83% de los trabajadores votaron por el cierre efectivo de la fábrica, una decisión dura pero que era la única aceptable para ellos.
De todos los empleados, todos los mayores de 50 años serán prejubilados, una medida que afecta a cerca de 800 trabajadores. El resto, algo más de 300 personas, serán recolocadas en otras industrias aunque de momento no se sabe el futuro exacto. Con esta medida se pone punto y final a 55 años de historia de esta compañía. Aún falta que el Consejo de Administración ratifique el resultado, aunque no parece que vaya a haber problemas en este aspecto.
Quien haya seguido el devenir de Santana en los últimos años se habrá dado cuenta de la gran cantidad de dinero público que se ha invertido en la compañía, sin conseguir ningún resultado esperanzador. Es por ello que la Junta se ha aferrado a mantener con vida la compañía hasta el último instante mediante un fuerte compromiso. Ahora han puesto ya en marcha un Plan de revitalización para la zona, puesto que esta fábrica era uno de sus motores económicos.
Todo esto ha traído, como suele ser común, cruces de acusaciones entre las diferentes formaciones políticas, aunque a nosotros nos importa poco eso. Lo cierto es que nos dice adiós uno de los pocos fabricantes españoles; de hecho, podría decirse que es la única marca de coches generalistas existente en nuestro país a pesar de que en los últimos años sus coches apenas se han visto en usos comerciales.