El Aston Martin de los pobres. Así ha sido descrito el Renault Laguna Coupé por un periodista inglés que apenas podía contener su disgusto ante la vista de la zaga. Reconociendo los parecidos y sin el orgullo patrio dañando un sentido común que ya tenemos de por sí bastante perjudicado, hay que reconocer el evidente atractivo del Laguna Coupé; un modelo que sabe combinar en su justa medida las buenas sensaciones del sedán con su bella carrocería de tres puertas.
Impulsado por motores de hasta 240 CV, el Laguna Coupé destaca más como herramienta para disfrutar del camino que como auténtico deportivo. Dentro, su aspecto recoge el habitáculo del Laguna convencional y lo adapta respetando la visión de sus diseñadores. Los asientos traseros son fácilmente accesibles dadas las circunstancias, y la pulcritud general del habitáculo contribuye a proporcionar una agradable primera impresión. Menos afortunados son los numerosos fallos que hemos encontrado en una de las unidades expuestas por Renault, que «presumía» de unos acabados realmente sonrojantes.
Quiero pensar que se trata de un caso aislado, dado que el resto de los coches no presentaba defectos aparentes. Asumiendo que este ejemplar sea la excepción y no la regla (como debería ser), el Peugeot 407 Coupé tiene motivos muy serios para preocuparse.