Parece que era ayer cuando el Euro NCAP daba cinco estrellas a la nueva generación del 9-5 a título póstumo. Nadie pensaba que Saab pudiera salvarse de la guadaña tras el inicio de su disolución por parte de General Motors, y sin embargo, hela ahí, fabricando coches con normalidad tres meses más tarde gracias a la ayuda de Spyker. Ha sido un camino difícil, de auténtica saga, pero por fin la firma sueca ha comenzado a ensamblar en Trollhättan las primeras unidades como compañía independiente. La primera de ellas, cómo no, ha sido uno de esos flamantes 9-5 que ya han sido encargados por los concesionarios de la casa.
A estas alturas no vamos a enrollarnos contándote lo mucho que nos ha gustado el 9-5 2010 durante nuestras breves tomas de contacto a coche parado en todas las ferias a las que ha acudido; se trata de un modelo bonito, con presencia, y excelentemente rematado, que sin duda prestará un importante servicio reparando la muy deteriorada imagen de Saab. El gran desafío, sin embargo, lo presentará el próximo 9-3, desarrollado ya prácticamente de forma interna y con los fantasmas de General Motors ya casi invisibles en el retrovisor. Otro modelo que esperamos con los brazos abiertos.
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