Dentro de la estrategia denominada “Renault 2016 – Drive the Change” se engloba un giro en el diseño de la marca francesa, un cambio de dirección que el concept car R-Space nos muestra en esta edición 2011 del Salón de Ginebra.
El Renault R-Space adelanta el emocional lenguaje de diseño que Renault adoptará de forma gradual en los próximos años. Se trata de un atrevido monovolumen que combina aspectos teóricamente contradictorios, como la deportividad, la practicidad y las sugerentes formas de su carrocería. Las plazas delanteras del habitáculo quedan destinadas a disfrutar de la conducción, mientras que la zona trasera se transforma en un espacio ideal para niños. La ausencia de pilar central y el tipo de apertura de las puertas posibilita un mejor acceso al futurista interior.
Su mecánica es un claro exponente de la tendencia actual hacia el “downsizing”, que consiste en reducir el tamaño de los motores para disminuir el consumo de combustible, pero sin perder potencia. Es un motor basado en la nueva línea Energy TCe de propulsores, con inyección directa de gasolina, tres cilindros y 900 cm3 de cilindrada, sobrealimentado por turbocompresor. Rinde 110 CV y sus emisiones de CO2 son de 95 g/km. Para lograr el máximo partido de su eficiente motor, la transmisión empleada es de doble embrague EDC.
Sus dimensiones, 4.250 mm de longitud, 1.850 mm de anchura y 1.547mm de altura, con una batalla de 2.717 mm, lo sitúan a caballo entre el Renault Modus y el Scénic y nos dan pistas de lo que podría ser un futuro monovolumen deportivo medio (¿piensan quizás en rivalizar con el Opel Meriva? ). Sus prestaciones así lo presagian: 0 a 100 km/h en 11 segundos y una velocidad máxima de 200 km/h.