Recientemente hemos sabido de los pleitos existentes entre los dueños de las urbanizaciones colindantes al circuito del Jarama y los propietarios del mismo, el RACE. Desde la representación vecinal hay muchas quejas debido al elevado sonido de los escapes de los vehículos, y finalmente han ganado el juicio al RACE. Ello implica que sólo durante 20 días al año se podrán superar los 90 dB de ruido, para garantizar el cumplimiento de la sentencia, cada coche que entre en el circuito debe someterse a una prueba de sonido.
Cualquier vehículo que supere los 90 dB no podrá acceder al circuito salvo en dichos 20 días, imagino reservados para competiciones de calibre como el campeonato de turismos o camiones. La pólvora se ha encendido recientemente cuando algunos de los aficionados que acudieron a divertidas tandas libres – previo pago – no pudieron acceder al circuito con sus vehículos de serie debido a superar el límite acústico. Muchos se han quejado de que las mediciones no se han hecho como es debido, otros de que el límite es bajo.
La cuestión que subyace finalmente pone en peligro la continuidad del mítico trazado. Si el circuito no ingresa dinero por parte de la multitud de aficionados que acudía a realizar tandas cada fin de semana no obtendrá los recursos económicos necesarios para mantenerlo, ya que dudo que pueda vivir de 20 días al año de gran afluencia. Además, muchos coches deportivos superan de por sí los 90 dB, estoy hablando sin conocer el dato, pero el 3.8 del Porsche 911 GT3 a casi 8.000 vueltas no debe ser precisamente silencioso.
No es la única amenaza al circuito del Jarama, hace un par de años hubo amenazas de expandir las urbanizaciones colindantes y recalificar el terreno, con la crisis inmobiliaria que especialmente en España estamos viviendo ese temor parece haberse disipado. En cualquier caso y volviendo al tema, me resulta más que curioso que a sabiendas de tener un circuito de competición a 100 metros de su puerta, muchos hayan comprado un chalé – construido posteriormente – y luego denunciado a los propietarios del circuito.
Sólo espero que la situación mejore, se realicen como es debido las mediciones de ruido y en futuro puedan cambiar las tornas, de lo contrario el trazado español por excelencia podría estar en serios aprietos, y no queremos que sea el nuevo Reims.