Tal y como están las cosas en la industria, si no estás calculando una fusión, adquisición o colaboración de algún tipo, es porque no te da la real gana. Aston Martin y Mercedes se divorciaron de Ford y Chrysler respectivamente hace tan solo 18 meses, y ya andan haciéndose arrumacos como si nadie estuviera mirando. Esta vez, sin embargo, pasan del matrimonio, apostando directamente por el concubinato más pecaminoso. Nada en contra por nuestra parte. CAR ya adelantó algunos de los detalles de dicha asociación en su número de septiembre, y hoy trae todavía más noticias.
Aston Martin cuenta con una imagen admirada y reconocida en todo el mundo, pero como pequeño fabricante independiente que es, no llega ni a las suelas de los zapatos de Daimler cuando toca hablar de dinero o ingeniería. Por este motivo, la casa de Gaydon está interesada en estrechar lazos con Mercedes. Hasta aquí, ya conocíamos la historia; ahora es cuando viene lo bueno. La próxima generación del Clase S contará con mecánicas híbridas suaves (start-stop mas potencia adicional), completas (tipo Prius) y completamente eléctricas (recargables desde enchufe), así como motores de gasolina más pequeños que ofrecerán unos consumos adecuados para los tiempos que corren. Estos propulsores terminarán aparentemente bajo el capó del Rapide, así como en el catálogo de Lagonda. Aston, además, piensa olvidarse del antiguo V12 desarrollado con Ford en favor del M275 biturbo de Mercedes; una idea que ya contaría con el visto bueno de Dieter Zetsche. En total la compra de motores significaría un desembolso teórico de 150 millones de euros, pero es que Aston Martin no se conforma con renovar sus mecánicas: también quiere utilizar la plataforma del próximo CL para el sucesor del DB9.
A fin de hacer frente a tamaña factura, Aston tendrá sobre sus hombros la monumental tarea de lavar la cara de Maybach. El malhadado competidor de Rolls-Royce se ha convertido un poco en la vergüenza de Daimler, así que ahora los alemanes esperan inyectarle un poco de ese necesitado dinamismo cediendo el timón de la firma a Aston Martin, con la esperanza de diseñar una nueva generación de vehículos mucho más exitosa. Los chicos de Ulrich Bez, por su parte, estarían encantados de ello, y es que a cambio, además de recibir un descuento en los motores, podrían utilizar el próximo Maybach 57 ó 62 para crear un sedán deportivo con el sello de Lagonda. Y tratándose de Aston Martin, dudamos que hagan un cambio de chapas salvaje como al que ya nos han acostumbrado otros fabricantes menos exclusivos.
De llegar a completarse este acuerdo valorado en 300 millones de euros, podría convertirse en una de las peores ideas de la historia o en una locomotora imparable en el ámbito premium. Podremos comenzar a formarnos una opinión más clara dentro de poco, dado que Lagonda presentará un modelo casi de producción el año que viene, tal vez durante el Salón de Ginebra y quién sabe si con un esqueleto alemán.