Lo de Mosley va camino de necesitar de un juzgado de guardia (o un psicólogo), porque nadie entiende lo que realmente pasa. Si recuerdas, hace unos días se alcanzaba una decisión entre FIA y FOTA para evitar la escisión del campeonato del mundo de Fórmula 1. Mosley declaraba a la salida del consejo que no se presentaría a la reelección en octubre como presidente de la federación, un movimiento que se vio como una clara señal de que le habían «invitado» a abandonar su cargo.
Esta línea de opinión se vio rápidamente reforzada cuando Montezemolo (y la FOTA en general) comentaron tras la reunión que Mosley había sido la cabeza de turco de todo este tema, que se habían negado a negociar con él, y que habían pedido que se fuera si la FIA no quería ver un campeonato paralelo. Por si fuera poco, tildaban a Mosley de «dictador» por enésima vez en el último mes. Hasta aquí, todo claro. Pero… ¿de verdad creías que Mosley se iba a quedar con la boca cerrada? Personalmente esperaba que sí, pero Mosley no se va a dejar vencer tan fácilmente.
Según publica AutoSport, Mosley habría escrito una carta personalmente a Montezemolo, extensible a la FOTA, en la que exige que den una rueda de prensa para aclarar la realidad del acuerdo FIA FOTA, y retractarse de sus declaraciones difamatorias, que según Mosley no tienen nada que ver con la realidad.
Mosley «pedía» a Montezemolo que diera una rueda de prensa «esta tarde» (en referencia a ayer), y aunque no pasó nada, lo cierto es que los medios han sido citados por Ferrari para una rueda de prensa hoy viernes, en la que puede pasar cualquier cosa.
El bueno de Max ha amenazado con presentarse a la reelección si no se cumple su petición, algo que pondría a su vez en riesgo el acuerdo ya alcanzado entre federación y equipos.
Menuda novela más patética estamos viviendo. Parece que los responsables de los equipos y de la federación no son capaces de comportarse como las personas adultas que son, y asumir las realidades de las que trata todo este asunto. Y es que si nos hemos de creer lo aseverado por Mosley, Ferrari ha mentido y se ha mofado del británico, y aunque no fuera así, creo firmemente que está fuera de lugar escuchar calificativos como «dictador» hacia el director de la FIA (independientemente de cómo sea Mosley) de la boca de Montezemolo, que debería guardar un poco de su pasión latina para ámbitos personales. Los aficionados lo que queremos es ver carreras limpias, no un espectáculo de circo en los despachos, con continuos insultos, dimes y diretes.
Si la salida de Max depende de que Montezemolo se disculpe por llamarle dictador, más le vale al CEO de Ferrari (por el bien del deporte, de los aficionados y de sus propios intereses) tragar saliva y hacerlo. Ya te contaremos qué pasa esta tarde, pero a chulos, a estos dos, es difícil ganarles, ¿verdad?