Un estudio del Instituto de Seguridad Vial de la Fundación Mapfre desaconseja usar gafas con cristales minerales al conducir, para evitar las lesiones que puede ocasionar el estallido del airbag.
El informe, pionero en la materia y elaborado en dos años, demuestra la vulnerabilidad del globo ocular ante cualquier tipo de impacto y recomienda utilizar gafas con montura cerrada, cristales orgánicos y mantener una distancia de 45 centímetros respecto al volante.
El estudio ha sido realizado ante el hecho de que el 72 por ciento de los conductores utiliza gafas en algún momento, de sol o correctoras, y, sin embargo, no son conscientes de que en caso de una colisión a baja velocidad existen riesgos de sufrir lesiones oculares, ya que un golpe contra el airbag o el volante puede provocar daños en la cara y los ojos.
Argumentan los especialistas que el uso combinado del airbag y el cinturón de seguridad reduce el riesgo de muerte hasta un 9,5 por ciento, pero el estudio demuestra que la activación del airbag puede provocar lesiones en algunos casos.
La posibilidad de sufrir lesiones oculares en accidente de tráfico es el doble en el caso de las personas que llevan gafas que en el resto, ya que en una colisión algunos modelos pueden representar cierto peligro.
Cuando las gafas no se rompen actúan como un agente protector para los ojos, aunque ese efecto es un 15 por ciento inferior en el caso de las que tiene monturas al aire, en tanto que las lentes de contacto semirrígidas muestran que pueden soportar una fuerza cinco veces mayor que las gafas convencionales sin partirse.
Los pacientes operados de cataratas, glaucoma o cirugía refractiva deben concienciarse del riesgo de sufrir lesiones oculares graves en caso de colisión y, en consecuencia, elegir unas gafas con capacidad de protección ante el golpe.
A los fabricantes, por su parte, se les pide que comprueben que sus gafas tienen un mínimo de rigidez ante un choque de cierta magnitud y a las autoescuelas que deben enfatizar en la necesidad de respetar la distancia del tronco al volante para permitir una correcta actuación de los mecanismos de retención en caso de accidente.