Durante el pasado Salón de París, James MuÏr, CEO de Mazda, comentó a la revista Autocar los planes de futuro de la marca japonesa. Entre ellos se encuentra la producción en masa de motores rotativos Wankel para la combustión de hidrógeno.
Actualmente muchos fabricantes trabajan con el hidrógeno como combustible ecológico, obteniéndolo de fuentes energéticas renovables y utilizándolo después en vehículos. Pero los métodos de uso son muy diferentes. La gran mayoría de los estudios van encaminados a la aplicación del H2 en pilas de combustible, para alimentar motores eléctricos. Este método, a pesar de ser viable y ecológico, plantea la desaparición de los motores de combustión, con lo que ello implica a nivel de inversión en desarrollo, al ser una técnica muy diferente a la actual.
A los locos por los coches además se nos presenta un futuro de automóviles silenciosos, que no sé hasta qué punto puede llegar a convencernos. Puede que todo sea acostumbrarse.
En cambio, fabricantes como BMW, con su Hydrogen7, trabajan en el hidrógeno aplicado como combustible para motores de combustión interna. Mazda quiere seguir esta línea de trabajo, y ya lleva tiempo implicada en ella. Desde hace unos años, una flota de 30 vehículos con motor Wankel alimentado por hidrógeno operan a modo de laboratorio rodante en Japón, y los resultados han sido bastante positivos.
El objetivo de la marca de Hiroshima es lanzar al mercado, en un plazo de 5 años, un modelo equipado con un motor rotativo de inyección directa de hidrógeno. El señor Muïr reconoce que el mayor problema al que se enfrentan actualmente es el almacenado del combustible, más habida cuenta de que Mazda lo realiza en forma de gas, con lo que el volumen que ocupa es superior.
Las ventajas del motor rotativo respecto a los de pistones en el uso del hidrógeno son numerosas, permitiendo un funcionamiento más eficiente, y desapareciendo los posibles problemas de emisiones excesivas de los Wankel. Los chicos de Autocar apuestan porque el modelo elegido para sacar este novedoso motor al mercado será un RX7, representando la vanguardia tecnológica, y sirviendo como punta de lanza de Mazda en el mercado.
La duda que nos queda a todos es si habrá una infraestructura de repostaje suficiente como para abastecer en 5 años a estos modelos. En todo caso, lo más lógico e interesante sería que este hipotético RX7 contara con la posibilidad de funcionar también con combustibles convencionales, con lo que el problema quedaría parcialmente resuelto.
Al margen de todo esto, no hace muchas semanas que teníamos noticias del otro proyecto ecológico y rotativo de Mazda, para fabricar modelos híbridos con dicha motorización, tal y como tratamos aquí.