El truco para sacar la máxima eficiencia de un motor es hacerlo funcionar siempre cerca de su punto de máxima… eficiencia (valga la redundancia). Sistemas como la inyección directa, los variadores de fase de admisión y escape, la sobrealimentación, y algún otro más, ayudan a ampliar el rango de revoluciones entre los que el motor «trabaja a gusto y consume poco», sin tener que trabajar con mezcla enriquecida, o con pérdidas de bombeo.
Pero es obvio que la otra parte del truco de la eficiencia es contar con una caja de cambios que permita aprovechar al máximo el rango óptimo de revoluciones. Para eso las transmisiones CVT son la mejor idea, pero por su complejidad tecnológica, las patentes que las protegen y el extraño tacto que dan, todavía no son moneda común.
La respuesta a todo este lío la tiene ZF para sus clientes. A partir de ahora ofrecerá una caja automática de nada menos que nueve relaciones, dispuesta a equiparse en coches de motor transversal delantero con tracción delantera (valga la redundancia, una vez más). Parece que la primera en beneficiarse del invento será Chrysler, tal vez en el 200. Seguiremos informando.