En vías rápidas, los radares pueden prevenir más accidentes. Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado el estudio incluido en la tesis ‘Efectividad de las intervenciones de seguridad vial en España’. Los de las rondas reducían los accidentes con lesiones en un 26%, mientras que los que estaban situados en vías con semáforos y un límite menor de velocidad, no se apreció una diferencia significativa.
Según un estudio incluido en la tesis ‘Efectividad de las intervenciones de seguridad vial en España’, los radares más efectivos a la hora de prevenir accidentes son los que están situados en las vías rápidas, más que en tramos de carreteras con menor velocidad o que estén regulados por semáforos.
«Los radares fijos funcionan en carreteras con velocidades medias o alta, pero no se puede generalizar a aquellas carreteras con menor velocidad o que tienen semáforos, como las vías de acceso», ha señalado durante la presentación la autora de la tesis, Ana Novoa.
El estudio ha sido llevado a cabo para analizar la efectividad de algunos radares instalados en las rondas y vías de acceso a Barcelona, limitados a 50 kilómetros por hora, en comparación con otros colocados en tramos de las mismas características en los que no había radar, según ha explicado Novoa.
Gracias al informe se puede observar que los radares instalados en las rondas reducían los accidentes con lesiones en un 26%, mientras que, en el caso de los colocados en vías de acceso a la Ciudad Condal, que estaban reguladas por semáforos y con un límite menor de velocidad, no se apreció una diferencia significativa en comparación con los tramos sin radares.
Por esta razón, Novoa manifiesta que habría que «asegurarse de que las características contextuales de la vía no modifican la efectividad» de estos sistemas de control.