¿Por qué las facturas en los talleres en ocasiones alcanzan precios tan desorbitados? Autopista.es ha llevado a cabo una investigación en la que se han comparado los precios de las piezas que se venden en desguaces, talleres y tiendas de repuestos especializadas. ¿Quieres saber cuál es el resultado? Te lo detallamos a continuación.
Los automóviles son máquinas que en ocasiones pueden dar fallos. Por ello, resulta casi necesario sustituir piezas, realizar diversos arreglos, hacer operaciones de mantenimiento…en fin, desembolsos económicos casi constantes. Sin embargo, los desguaces pueden ser una alternativa que te pueden ayudar a ahorrar.
En nuestra investigación, hemos querido comparar precios de determinadas piezas en tres lugares diferentes: talleres mecánicos, desguaces y tiendas de repuestos. Las piezas a examinar, las siguientes: un retrovisor izquierdo y un faro delantero izquierdo de un Ford Focus fabricado entre 2005-2008 con nivel de equipamiento Trend. El retrovisor en cuestión es térmico y de regulación eléctrica, mientras que el faro indicado es muy sencillo y no incluye ningún tipo de tecnología como los faros bixenon, adaptativos, etc.
¿Piezas de segunda mano y en buen estado de los desguaces vs piezas nuevas de las tiendas de repuestos y de los talleres? El conductor elige. Sin embargo, todos los automovilistas deben saber algo importante: muchos mecánicos acuden casi a diario a los desguaces en busca de las piezas demandadas. Las consiguen a un precio significativamente inferior, aunque en la factura final la diferencia se triplica incluso se cuadruplica. ¿Qué es lo que ocurre aquí? ¿Está justificada tal diferencia?
Nuestro primer paso en la elaboración de nuestro informe fue acudir a uno de los desguaces más conocidos de Madrid. Preguntamos por los precios de las piezas que demandábamos: faro delantero izquierdo, 36 euros; retrovisor izquierdo, 24 euros. Insistimos a los responsables si estaban en buen estado y ellos mismos nos enseñaron las piezas con su precinto de plástico y debidamente etiquetadas. Comprobamos, efectivamente, que no tenían ningún tipo de desperfecto visual.
Paso segundo: acudimos a talleres mecánicos. Después de un par de visitas infructuosas –los dos talleres visitados no realizaban trabajos de reparación y montaje de un retrovisor izquierdo y de un faro delantero izquierdo-, encontramos un centro que sí atendía a nuestras necesidades. Les pedimos un presupuesto con coste de las piezas y de la mano de obra. El resultado habla por sí solo, ya que el faro delantero izquierdo costaba 95,57 euros, el retrovisor valía 90,38 euros a los que habría que añadir aproximadamente una hora de montaje -40,00 euros-. En total, el coste definitivo de la factura con el 18 por ciento de IVA incluido ascendía a 266,63 euros.
Todos los talleres consultados nos indicaban que las piezas que demandaban las pedían directamente al fabricante, por lo que son piezas a estrenar. En muchos casos, sí que se sigue este proceso, pero en otros muchos, las piezas son adquiridas en desguaces.
Continuamos visitando talleres. De nuevo, realizamos las mismas gestiones hasta toparnos con un centro en el que los precios eran sensiblemente superiores al del taller anterior. En este caso, el presupuesto fue aproximado y no exacto. En él, los operarios que nos atendieron nos dijeron, según previa consulta telefónica, que el faro delantero costaba unos 130 euros y el retrovisor izquierdo unos 100-110 euros. A todo ello, había que sumar una hora aproximada de mano de obra –en torno a los 50 euros, no nos detallaron la cifra exacta-, por lo que el total del recibo final se situaba en unos 300 euros.
No queríamos dejar de pasar la oportunidad para visitar una tienda de repuestos. Los precios que nos facilitaron, muy similares a los de los talleres: faro delantero izquierdo, 95,38 euros + 18 por ciento; retrovisor izquierdo, 94,61euros + 18 por ciento.
Como podéis comprobar, las diferencias de precios entre los desguaces, talleres y tiendas de repuestos son muy grandes. El conductor debe analizar la situación y elegir qué opción le conviene más. De hecho, hay muchos talleres que ofrecen a los conductores que sean ellos quienes les faciliten las piezas cobrándoles sólo la mano de obra. Como queda demostrado, los desguaces se perfilan como una gran solución anticrisis.