Si los precios de la gasolina y la gran cantidad de radares distribuidos por las carreteras españolas no han conseguido quitarte las ganas de vender el coche, tranquilo, que los gobiernos autonómicos están haciendo lo posible para que no lo saques del garaje.
Desde hace unos días estamos escuchando cada vez más la idea de instalar peajes en algunas vías para hacer frente al elevado coste de mantenimiento que tienen. La Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ya ha declarado su intención de instalarlos en algunas carreteras de la provincia, entre ellas la M45 y la M-501.
Según comentó Aguirre en una entrevista para el diario ABC, los peajes serán pequeños y son necesarios, pues el coste del mantenimiento es de 30 millones de euros y tal y como están las cosas no hay dinero para ello. En sus propias palabras, hay «un montón» de vías que rentabilizar, señalando específicamente la M-501 y la M-45.
Está claro que mantener la actual red de carreteras conlleva un desembolso nada despreciable, pero no es menos cierto que se debería evitar el pago por la utilización directa de las mismas, pues algunos políticos parecen olvidarse de que los usuarios que ya disponen de un vehículo abonan anualmente algo que se llama Impuesto de Circulación. Pagar dos veces por lo mismo no es de recibo. Tampoco podemos ignorar el hecho de que existen otros gravámenes importantes, como los impuestos sobre la propia gasolina, lo que se lleva el Estado con el Impuesto de Matriculación e incluso las multas.
Las malas gestiones realizadas y los fraudes que cada día salen a la luz han conseguido de forma incomprensible poner a los conductores en el punto de mira de los gobernantes. Derivar los impuestos que generan los automovilistas (ya sean por la compra o el mantenimiento de sus vehículos) a otros departamentos solo consigue que al final no haya dinero para infraestructuras, y cuando el cerdito se agota… los paganos vuelven a ser los de siempre.
De momento es todo lo que podemos contar pero vete preparando para más noticias negativas pues esto no tiene pinta de ir a mejor, más bien todo lo contrario. De seguir así serán sólo los más afortunados los que puedan tener -y mantener- un vehículo.
No parece la forma más inteligente de estimular el consumo interno. Concesionarios, talleres e incluso fábricas no tienen el horno para bollos, por no hablar de consumidores y transportistas.