El expresidente González hizo hace unos día unas declaraciones en las que defendía “al muy honorable” convencido de que éste no era un corrupto. El señor González tenía razón “el muy honorable” no es un corrupto, “el muy honorable” es un ladrón que, al igual que otros malos españoles, se ha dedicado de forma deliberada a evadir sus obligaciones fiscales robando de este modo a todos los españoles.
Se le puede dar todas las vueltas que se quiera; se puede aducir que los hechos no han sido probados, pero basta saber que ha sido a su propia hermana a quién ha ocultado la parte de esa herencia que asegura haber recibido de su padre hace más de treinta años.
A falta de que se conozca la parte más oscura y se condene en su día a este gran hipócrita, sólo con lo que se ha conocido hasta ahora, produce en todo bien nacido rabia e indignación.
Somos millones los españoles que pagamos nuestros impuestos sin excusas ni subterfugios posibles.
Espero y deseo que esa lacra social que cada día en mayor número vamos conociendo, incluido el “muy honorable” y su saga familiar, acaben pagando por sus delitos sin que a la Justicia le tiemble el pulso ni los intereses políticos influyan para mitigar el castigo.
Paco Costas