Menuda manera de empezar la mañana para un talibán gasolinero como yo: encontrarme la nota de prensa del nuevo Cooper SD en el buzón del email, esperando a ser publicada por mi parte. Vale, lo estábamos esperando, y a fin de cuentas ya había un Cooper D, pero quería creer, quería soñar, que al final los chicos de MINI se echarían atrás en el último momento y dejarían al Cooper S en paz con su propulsor de gasolina.
Pero no, aquí tienes «al engendro», equipado con un motor 2.0 diésel de nueva factura (ojo, que no es el bloque 2.0 diésel tomado de BMW, como se rumoreaba en principio, sino una evolución del 1,6 co-desarrollado con PSA). Da 143 caballos de potencia a régimen de tractor (4.000 vueltas) mientras que el par máximo es de 305 Nm disponible entre 1.750 y 2700 rpm. Según MINI «acelera con contundencia hasta muy altas revolcuiones». Si los chicos de MINI entienden por «muy altas revoluciones» 4.000 vueltas, entonces la zona roja de un 911 GT3 debe ser «delito y pecado».
Dentro de los aspectos técnicos del motor destaca un cárter de aluminio, sistema de inyección por conducto común de alta presión (1.600 bares) y turbo de geometría variable. El sistema de escape cuenta con filtro de partículas y también tiene tecnología Start&Stop.
Galería: MINI Cooper SD