Una parte de los 5.400 postes de socorro situados en los arcenes de las carreteras españolas irán retirándose de forma progresiva en los próximos tres años, en una política de reducción de costes del que quedarán excluidos los que se encuentran en túneles y zonas de baja cobertura telefónica.
El director general de Tráfico, Pere Navarro, ha anunciado este plan en una rueda de prensa celebrada en un descanso de la Convención de Directivos de la DGT, reunida en Soria durante dos jornadas para analizar los planes para el próximo año.
Navarro ha explicado que los postes SOS se empezaron a colocar en la década de los años 80 en las carreteras españolas para atender las incidencias que pudieran producirse ‘y han prestado un inmenso servicio a los ciudadanos’, pero con la aparición y difusión de los móviles, según ha resaltado, su uso ha bajado de forma exponencial.
Del año 2000 al 2009, el uso ha descendido en un 80 por ciento, al pasar de 53.000 a 11.000 asistencias, y su mantenimiento supone un coste superior a los dos millones de euros anuales.
‘Todo el mundo tiene teléfono móvil hoy en día y ante una incidencia llama al 112 o a la compañía de seguros o al Automóvil Club o a los servicios de emergencias’, ha apuntado. En la Convención, en la que han participado todos los jefes provinciales de Tráfico, se ha decidido poner en marcha el plan de supresión, ‘excepto en túneles y en las zonas de baja cobertura’.
Los postes SOS serán trasladados al centro de tratamiento de Tráfico y éste protegerá el cableado para que pueda ser utilizado en el futuro por otras tecnologías. Por otra parte, Navarro ha señalado que en los últimos años las víctimas mortales en carreteras han descendido un 50 por ciento mientras en las ciudades solo lo ha hecho un 30 por ciento.
Además ha apuntado que más de la mitad de los accidentes con víctimas y los heridos graves y leves se producen en los cascos urbanos, donde está cambiando la movilidad orientada a su mayor competitividad.
Navarro ha señalado que 250 peatones mueren atropellados cada año en las ciudades españolas y ha reiterado que la tendencia en Europa es habilitar zonas de limitación a 30 km/hora, porque está demostrado que es la velocidad la que incide en la gravedad de la lesión. ‘Reduciendo las velocidades, pacificamos el tráfico y reducimos el riesgo de estos atropellos’, ha asegurado.
En cuanto a las carreteras convencionales, ha apuntado que la mejoría en la seguridad vial puede venir con el pintado de líneas continuas dobles en el centro de la calzada, sin necesidad de habilitar una barrera física.