La Dirección General de Tráfico ha adquirido 16 nuevos radares para el control de la velocidad por 1,1 millones de euros, según el anuncio publicado por el BOE (Boletín Oficial del Estado). Cada radar, de tipo láser barrera, costará 72.016 euros. El precio incluye el radar, las cámaras digitales que se usan para hacer la foto y el ordenador para tramitar la denuncia.
Estos nuevos radares son polivalentes, es decir, son capaces de controlar la velocidad de los coches tanto desde una instalación fija como desde un vehículo parado, por lo que también podrán usarse como radares móviles. Asimismo, realizarán dos fotos por cada infracción: una de la matrícula y otra panorámica del lugar de infracción, y podrán detectar infracciones tanto en uno como en dos carriles, con una precisión del 1%.
María Seguí, directora de la DGT, anunció el año pasado en el Congreso que “los radares fijos y su tiempo” están “pasados” y “la evolución es hacia radares móviles”, ya que éstos pueden cubrir “las carreteras secundarias que son muchísimas más en extensión y en siniestralidad”.