Es bien sabido que gran parte de las marcas de coches tiene un porcentaje de otras, hasta un nivel de complejidad impresionante. Durante el desarrollo del Koenigsegg original, la empresa sueca hizo uso del túnel de viento de Volvo, a cambio de lo cual, además de pagar por las horas empleadas, se comprometió a dar un cierto porcentaje de sus acciones.
Tras sucesivas ampliaciones de capital, resulta que este porcentaje es hoy en día mínimo, teniendo un valor de mercado de unos 760€. De todas maneras, si la carta de intenciones firmada entre Koenigsegg, Saab, GM y compañía acaba convirtiéndose en algo sólido, resultará curioso saber que Volvo pasará a ser un mínimo accionista de su compatriota y rival Saab. ¡Cuántas vueltas da la vida!