Como moscas, así están cayéndose los fabricantes del cada vez más apagado Salón del Automóvil de Tokio.
La increíblemente menguante fiesta japonesa del motor continúa su proceso de descafeinización tras el abandono de Hyundai, que ha cancelado su asistencia al evento por vía telefónica. La llamada se produjo el pasado día 25, y ha sido calificada por la organización de «increíble». Hyundai pagó 10,9 millones de yenes (83.000 euros/121.000 dólares) por un puesto de 400 m2 que ahora quedará vacante a espera de que aparezca un interesado de última hora. Para comprender la gravedad del asunto, sólo hay que ver que el Salón de Tokio abrirá sus puertas al público el próximo 24 de octubre.
Con la marcha de Hyundai, ya solo son dos los fabricantes extranjeros que todavía permanecen en cartel: Lotus y Alpina. El resto puso pies en polvorosa hace ya un buen tiempo, con las tres de Detroit encabezando el pelotón de salida. Así las cosas, el Salón de Tokio se convertirá como decíamos en un evento totalmente dominado por las marcas japonesas. Esperamos que al menos la espera merezca la pena y podamos encontrarnos con el Tobaru o un nuevo RX-7. Por si acaso, vamos a mantener bajas nuestras esperanzas.