Hemos sabido recientemente que el fabricante coreano Hyundai ha abandonado la venta de coches en el mercado japonés. Sus 46 concesionarios cierran las puertas tras vender solamente 15.095 coches desde el año 2001, cuando comenzó su ofensiva en dicho mercado. Varios representantes hacen referencia al tradicional carácter cerrado del mercado japonés, en el que o bien vendes productos premium o los productores nacionales se comen todo el pastel automovilístico generalista.
La razón de ser de este mercado se encuentra en el carácter proteccionista de la economía japonesa, que grava fuertemente las importaciones favoreciendo que Honda, Toyota y compañía campen a sus anchas. Tampoco hay que olvidarse que Japón grava fuertemente cualquier vehículo con los impuestos corrientes, circulación o carburantes. Una de las razones por las que los kei car tienen tanta aceptación es porque tienen una cierta ventaja fiscal sobre otro tipo de vehículos.
Hyundai no tuvo kei car en Japón y en los últimos dos años el nivel de ventas era insostenible, Hyundai perdía dinero en Japón. Resulta reseñable ya que en el resto del mundo siguen creciendo en ventas, lanzando cada vez mejores productos y avanzando en el ranking de fabricantes mundiales. Como curiosidad final, Corea del Sur también es un mercado muy cerrado con tintes proteccionistas que ya ha tenido disputas comerciales con Japón y Estados Unidos, un mercado en el que los fabricantes locales también campan a sus anchas.
¿Ojo por ojo? Lo dudo, pero lo que está empíricamente demostrado es que en el largo plazo el proteccionismo no beneficia a nadie.