Dicen que al mal tiempo buena cara, pero al menos esta vez General Motors tenía motivos (pocos, pero tiene) para esbozar una leve sonrisa mientras comunicaba sus últimos resultados. A pesar de que el grupo perdió 1.150 millones de dólares en el tercer trimestre de 2009, Fritz Henderson, consejero delegado, cree que lo peor ya ha pasado, y «con un balance saneado y una estructura de costes competitiva, nuestro objetivo se centra en situar nuestro rendimiento en lo más alto», para lo cual, GM se centrará según la nota de prensa en ganar clientes «uno a uno» con «vehículos que ofrezcan prestaciones y un buen valor».
Por supuesto, sólo sus palabras no sirven para justificar o al menos reducir el tamaño de las pérdidas, así que debemos prestar atención al resto de los guarismos. Durante el último ejercicio, los ingresos de GM subieron 4.900 millones con respecto al trimestre anterior, y esos 1.150 millones de pérdidas no son tantos si los comparamos con los 2.540 millones del mismo periodo de 2008. Claro, que también nos queda hablar de deudas; 17.000 millones de dólares es lo que exigen los acreedores de la compañía, entre los que se cuentan los gobiernos de EEUU (6.700 millones de dólares), Canadá (1.400) y Alemania (900). Por fortuna Henderson dice que GM ya está en disposición de comenzar a devolver los préstamos concedidos para reestructurar la compañía.