Ferdinand Alexander Porsche, una de las últimas leyendas del diseño automovilístico e industrial, nos ha dejado hoy a los 76 años en Salzburgo. Hijo de Ferry Porsche y nieto del fundador de la compañía que lleva su apellido, nació el 11 de diciembre de 1935 en Stuttgart, aunque también pasó un importante periodo de su vida en Austria.
Durante su periodo como diseñador de automóviles, Ferdinand diseñó el aspecto del ya mítico 901, posteriormente renombrado a 911 por problemas legales con Peugeot. Fue su creación más famosa e influyente, aunque no la única; de sus manos también salió el modelo a escala del 904, en palabras del propio Ferdi, su Porsche favorito.
Tras abandonar su puesto en el fabricante de automóviles durante el proceso de conversión a sociedad de acciones que también motivó la «fuga» de Ferdinand Piëch a Audi (luego se cobraría su particular venganza desde el trono de VAG), Ferdinand fundó Porsche Design como compañía de diseño independiente, creando todo tipo de productos de aspecto sencillo y utilitario; desde gafas de sol y plumas estilográficas a electrodomésticos, pasando por tranvías. En cualquier caso y a pesar de su enorme éxito como diseñador industrial su nombre ira siempre asociado al coche que desde 1963 ya es sinónimo y estandarte de Porsche.
Descanse en paz.