Semanas antes del GP de Mónaco comentaba con mis amigos que yo veía a Hamilton ganando en Mónaco. Es un circuito que al británico se le da bien, y el McLaren suele rodar rápido por las callejuelas monegascas. La aerodinámica no es tan importante (en cuanto a eficiencia) en el trazado urbano, así que, en principio, esto debía abrir un poco más la lucha.
Pero ni con esas hemos cambiado el guión de la película, que ha acabado como siempre: Con Vettel ganando «fácil». Tal vez no tan fácil, y tal vez con un poco de «suerte», pero el alemán ha hecho todo lo que tenía que hacer, y ha acertado con la estrategia.
Porque quien diga que Red Bull se equivocó debe hacerse mirar la vista. Casi cualquiera hubiera apostado por un segundo Safety Car u otra incidencia en carrera tras la primera parada, así que la apuesta de seguir en pista con las mismas gomas, que parecía para algunos arriesgada, se demostró inteligente.
Lewis Hamilton se quedó ya el sábado sin opciones por el tortazo de Perez (sano y salvo, por cierto), que le «fastidió su calificación», y encima fue penalizado por saltarse la chicane. No era la última penalización para Hamilton, que en carrera volvería a ser amonestado en otras dos ocasiones más. Desde tiempos de Montoya, no recuerdo un piloto al que los comisarios llamen tanto a visitar la calle de boxes…
Y es que Hamilton iba desatado, intentando adelantar donde se podía, y donde no se podía también. Ciertamente, hubo en ocasiones en las que se pasó de la raya, y estuvo implicado en tres accidentes, pero penalizar a los pilotos por intentar adelantar, y luego quejarse de que no hay adelantamientos en la Fórmula 1, es como ayunar y quejarse de tener hambre…
Alonso y Button, en cambio, tuvieron buenos fines de semana. El asturiano supo sacar partido al aerodinámicamente incompetente Ferrari, que cuando sólo ha de demostrar agarre mecánico y motor se defiende mucho mejor. El asturiano estuvo a la altura de las circunstancias, y pudo luchar por la victoria, aunque fuera de manera efímera. Pero seguimos igual. Por mucho que cambie el coche, para cuando en los circuitos rápidos sea eficiente aerodinámicamente hablando, Fernando ya no tendrá nada que decir en la lucha por el mundial.
Button jugó a la estrategia más conservadora, cambiando ruedas «cuando tocaba», y olvidándose que Mónaco es el lugar predilecto de los Safety Car y los incidentes de carrera, que le fastidiaron su progresión. Si la F1 fuera un campeonato donde el más rápido del día gana, Button tenía sus opciones, pero se tuvo que conformar con la tercera plaza.
Por lo demás, curioso que el DRS facilitara adelantamientos en Santa Devota. Sigo pensando que dicho dispositivo tendría que ser de libre uso en cualquier parte del circuito, en cualquier circunstancia, para que hubiera igualdad técnica real, de la misma manera que pienso que la FIA y Pirelli deberían dar neumáticos de verdad, y no goma mala a propósito para crear espectáculo y vuelcos de clasificación.
Buena carrera de Maldonado que acabó mal sin ser su culpa. Petrov le sigue dando cera a Heidfeld, que sinceramente está haciendo una mala temporada con un coche que, como siempre decimos, podría luchar por más en manos de Kubica, 100% seguro.
Y lo de Mercedes, bueno… De lo de Mercedes mejor ni hablamos.
Con un Webber desdibujado, y con una competencia poco organizada y un poco caótica, Vettel sigue a lo suyo camino de hacerse bicampeón del mundo allá por el mes de septiembre.